jueves, 14 de febrero de 2013

15 - Mundo Espírita - Cap. 8

El Libro de los Espíritus
Allan Kardec


1.- El sueño y los sueños.

Pregunta 400. El Espíritu encarnado, ¿permanece de buena gana en su envoltura corporal?.

Respuesta. - Es como si preguntaras si al preso le agrada estar en la cárcel. El Espíritu encarnado aspira sin tregua a liberarse, y cuanto más grosera es la envoltura, tanto más desea deshacerse de ella.


Pregunta 401. Durante el sueño, ¿descansa el alma tanto como el cuerpo?.

Respuesta. - No. El Espíritu nunca está inactivo. En el transcurso del sueño, los vínculos que le unen al cuerpo se relajan, y no teniendo el cuerpo ya necesidad de él, el Espíritu recorre el espacio y entra en relación más directa con los otros Espíritus.

Pregunta 402. ¿Cómo podemos evaluar la libertad del Espíritu durante el sueño?.

Respuesta. - Por los sueños. Convéncete de que cuando el cuerpo reposa el Espíritu posee más facultades que durante la vigilia. Tiene la memoria del pasado y, en ocasiones, la previsión del porvenir. Adquiere más poder y puede entrar en comunicación con los otros Espíritus, ya sea en este mundo o bien en otro. Con frecuencia dices.: “He tenido un sueño extravagante y horroroso, pero que no poseía ninguna verosimilitud”. Y te engañas, porque muchas veces es un sueño en el que aparecen los lugares y cosas que has visto o verás en otra vida o en otro momento. Hallándose adormecido el cuerpo, el Espíritu trata de quebrar su cadena para indagar en el pasado o en el porvenir.
¡Pobres hombres, que tan poco conocéis los fenómenos más ordinarios de la vida!. Creéis ser muy sabios y las cosas más vulgares os confunden. Ante las preguntas que todos los niños formulan.: “¿Qué hacemos cuando dormimos?, ¿Qué son los sueños?”, permanecéis perplejos.
El sueño libera, en parte, al alma del cuerpo. Al dormir nos hallamos momentáneamente en el estado en que uno se encuentra en forma permanente después de la muerte. Los Espíritus que al desencarnar se desprenden pronto de la materia han tenido en vida sueños lúcidos. Cuando dormían, se sumaban a la sociedad de los otros seres, superiores a ellos. Viajaban, conversaban y se instruían con ellos. Incluso trabajaban en tareas que al morir encontraron concluidas. Esto debe enseñaros una vez más a no temer la muerte, puesto que morís un poco todos los días, según la expresión de un santo.
Esto se refiere a los Espíritus elevados, porque el común de los hombres, que a su muerte deben permanecer largas horas en la turbación, en esa incertidumbre de que os han hablado, se marchan a mundos inferiores a la Tierra, adonde antiguos afectos los reclaman, o bien van a buscar placeres quizá todavía más bajos que los que aquí tenían, aprendiendo doctrinas incluso más viles, innobles y perjudiciales que las que profesaban en medio de vosotros. Y lo que engendra la simpatía en la Tierra no es otra cosa que el hecho de sentirnos, al despertar, unidos por el corazón a aquellos con quienes acabamos de pasar ocho o nueve horas de felicidad o de placer. Lo que explica asimismo esas antipatías invencibles que a veces experimentamos, es que sabemos en el fondo de nuestro corazón que determinadas personas tienen una conciencia diferente a la nuestra, porque ya las conocemos sin haberlas visto jamás con nuestros propios ojos. Y esto es lo que inclusive explica nuestra indiferencia, puesto que no tratamos de hacer nuevos amigos cuando sabemos que tenemos otros que nos aman y reconfortan. En pocas palabras: el sueño influye en vuestra vida más de lo que pensáis.
Por efecto del sueño los Espíritus encarnados están siempre en relación con el Mundo de los Espíritus, y es esto lo que hace que los Espíritus superiores consientan, sin demasiada repulsa, en encarnar entre vosotros. Dios ha querido que durante su contacto con el vicio puedan ir a revigorizarse a la fuente del bien, para no flaquear ellos mismos, que venían para instruir a los demás. El sueño es la puerta que Dios les ha abierto hacia sus amigos del cielo. Constituye la recreación después del trabajo, mientras esperan la gran liberación, la liberación postrera que debe devolverlos a su verdadero medio.
El sueño es el recuerdo de lo que vuestro Espíritu vio mientras dormíais. Pero notad que no en todos los casos soñáis, porque no os acordáis siempre de lo que habéis visto, o de todo lo que visteis. El recuerdo no os muestra al alma en todo su desarrollo. A menudo sólo recordáis la turbación que acompaña a vuestra partida o reingreso, a lo que se agrega la memoria de lo que habéis hecho o de lo que os preocupa en estado de vigilia. A no ser por esto, ¿cómo explicaríais esos sueños absurdos, que tanto los más sabios como los más simples suelen tener?. Los malos Espíritus se sirven también de los sueños para atormentar a las almas débiles y pusilánimes.
Por lo demás, veréis dentro de poco surgir otra clase de sueños. Es tan antigua como la de que vosotros conocéis, pero lo ignoráis. El sueño de Juana, el de Jacob, el de los profetas judíos y de algunos adivinos hindúes: ese sueño es el recuerdo del alma desprendida por completo del cuerpo, el recuerdo de esa segunda vida de que os hablaba yo hace poco.
Poned mucha atención para distinguir esas dos especies de sueños entre aquellos que recordáis. De no hacerlo, incurriríais en contradicciones y errores que resultarían funestos para vuestra fe.

Kardec. - Los sueños son el producto de la emancipación del alma, que se torna más independiente debido a la suspensión de la vida activa y de relación. De ahí una especie de clarividencia indefinida que se extiende hasta los lugares más distantes o que nunca se vieron, y a veces inclusive a otros mundos. De ahí también el recuerdo que vuelve a traer a la memoria los acontecimientos verificados en la vida actual o en las anteriores. Lo extraño de las imágenes de lo que acontece o aconteció en mundos desconocidos, entremezcladas con cosas del mundo presente, integran esos conjuntos extravagantes y confusos que parecieran no tener sentido ni relación.
La incoherencia de los sueños se explica aun por las lagunas que produce el recuerdo incompleto de aquello que se nos apareció en el transcurso del sueño. Tal como un relato al que se hubiera quitado al azar frases o trozos de ellas: al reunir los fragmentos restantes perderían todo razonable significado.

Pregunta 403. ¿Por qué no recordamos siempre los sueños?.

Respuesta. - En lo que tú llamas el dormir hay sólo el descanso del cuerpo, por cuanto el Espíritu está siempre en movimiento. En el transcurso del sueño recobra parte de su libertad y alterna con aquellos a quienes ama, ya sea en este mundo o bien en otros. Pero, como el cuerpo es una materia pesada y grosera, conserva con dificultad las impresiones que ha recibido del Espíritu, porque el Espíritu no las percibió por intermedio de los órganos corporales.

Pregunta 404. ¿Qué pensar del significado que a los sueños se atribuye?.

Respuesta. - Los sueños no son en modo alguno verdaderos, como lo entienden los decidores de la buenaventura, porque es absurdo creer que soñar con tal cosa anuncia que ocurrirá tal otra. Son verdaderos, en el sentido de que presentan imágenes reales para el Espíritu, pero que a menudo no tienen relación con lo que sucede en la vida corporal. Con frecuencia también, conforme hemos dicho ya, el sueño es un recuerdo. Y por último, puede ser en ocasiones un presentimiento del porvenir, si Dios lo permite, o la visión de lo que está aconteciendo en ese instante en otro lugar, adonde el alma se traslada. ¿No tenéis numerosos ejemplos de personas que se aparecen en sueños y advierten a sus parientes o amigos de lo que les sucede?. ¿Qué son esas apariciones, sino el alma o Espíritu de tales personas que acuden a comunicarse con el vuestro?. Cuando adquirís la certidumbre de que lo que habéis visto ha tenido lugar en la realidad, ¿no es ésta una prueba de que la imaginación no ha intervenido en nada en el fenómeno, sobre todo si eso no estaba en modo alguno en vuestra mente durante el estado de vigilia?.

Pregunta 405. Muchas veces vemos en sueños cosas que parecen presentimientos y que después no se cumplen. ¿A qué se debe esto?.

Respuesta. - Pueden cumplirse para el Espíritu, si no es para el cuerpo, vale decir que el Espíritu ve la cosa que desea porque va en su búsqueda. No hay que olvidar que durante el sueño el alma se halla siempre más o menos bajo la influencia de la materia y que, en consecuencia, no se libera nunca por entero de las ideas terrenales. De lo que resulta que las preocupaciones de la vigilia pueden otorgar a aquello que se ve la apariencia de lo que se desea o de lo que se teme.: es ese, en verdad, lo que se puede denominar un efecto de la imaginación. Cuando nos hallamos muy preocupados por una idea, relacionamos con ella todo lo que estamos viendo.

Pregunta 406. Si vemos en sueños a personas vivientes, a la que conocemos muy bien, realizando actos en los que no piensan ellas en manera alguna, ¿es ese un efecto de pura imaginación?

Respuesta. - “En los que no piensan ellas en manera alguna”: ¿qué sabes tú? Sus Espíritus pueden venir a visitar al tuyo, como el tuyo puede visitar al de ellas, y tú no conoces siempre en qué están pensando. Además, frecuentemente también aplicáis a personas que conocéis, y esto según vuestros propios deseos, lo que ha sucedido o sucede en otras existencias.

Pregunta 407. El sueño completo ¿es necesario para la emancipación del Espíritu?

Respuesta. - No. El Espíritu recupera su libertad cuando los sentidos se adormecen. Aprovecha, para emanciparse, todos los instantes de respiro que el cuerpo le concede. Tan pronto como hay postración de las energías vitales, el Espíritu se desprende, y cuanto más débil es el cuerpo, tanto más libre se halla el Espíritu.
Así pues, la somnolencia, o un simple aletargamiento de los sentidos, presenta en muchos casos las mismas imágenes que el sueño.

Pregunta 408. En ocasiones nos parece escuchar en nuestro fuero interno palabras pronunciadas con claridad y que no tienen relación alguna con lo que nos preocupa. ¿A qué se debe esto?

Respuesta. - En efecto, y hasta frases enteras, sobre todo cuando los sentidos comienzan a aletargarse. A veces es un eco débil procedente de un Espíritu que quiere comunicarse contigo.

Pregunta 409. A menudo, en un estado que no llega a ser aún el de somnolencia, cuando permanecemos con los ojos cerrados vemos imágenes netas, figuras cuyos más pequeños detalles captamos. ¿Es efecto de una visión, o simplemente producto de la imaginación?

Respuesta. - Una vez aletargado el cuerpo, el Espíritu intenta romper su cadena. Se traslada y ve. Si se estuviera dormido por completo, sería entonces un sueño.

Pregunta 410. En ocasiones tenemos, durante el sueño o el adormecimiento, ideas que parecen muy buenas, y que a pesar de los esfuerzos que hacemos para recordarlas, se borran de nuestra memoria. ¿De dónde provienen tales ideas?

Respuesta. - Son el resultado de la libertad del Espíritu, que se emancipa y disfruta de más facultades en ese momento. Suelen ser casi siempre consejos que dan otros Espíritus.

Pregunta 410 a. ¿De qué sirven esas ideas y consejos, puesto que perdemos su recuerdo y no podemos, por tanto, aprovecharlos?
Respuesta. - Tales ideas pertenecen a veces más al Mundo de los Espíritus que al corporal. Pero casi siempre, si el cuerpo olvida el Espíritu recuerda, y la idea vuelve en el instante preciso como una inspiración momentánea.

Pregunta 411. El Espíritu encarnado, en los instantes en que se halla desprendido de la materia y obra como Espíritu, ¿sabe cuándo morirá?

Respuesta. - Muchas veces lo presiente. En ocasiones tiene de ello muy clara conciencia, y es esto lo que en estado de vigilia la da la intuición del hecho. De ahí procede que ciertas personas prevean a veces su muerte con gran exactitud.

Pregunta 412. La actividad del Espíritu durante el descanso o el sueño del cuerpo ¿puede ocasionar fatiga a éste?

Respuesta. - Sí, por cuanto el Espíritu se encuentra ligado al cuerpo, como el globo cautivo lo está al poste. Ahora bien, así como las sacudidas del globo aflojan el poste, la actividad del Espíritu reacciona sobre el cuerpo y puede producirle cansancio.
2.- Visitas espíritas entre personas vivientes.

Pregunta 413. Del principio de la emancipación del alma en el transcurso del sueño parece resultar que llevamos una doble existencia simultánea: la del cuerpo, que nos provee la vida de relación exterior, y la del alma, que nos proporciona la vida de relación oculta. ¿Es esto exacto?

Respuesta. - En el estado de emancipación la vida consciente del cuerpo cede a la del alma. Pero no se trata, propiamente dicho, de dos existencias, sino más bien de dos fases de una misma vida, porque el hombre no vive doblemente.

Pregunta 414. Dos personas que se conozcan ¿pueden visitarse durante el sueño?.

Respuesta. - Sí, y otras muchas que creen no conocerse se reúnen y se hablan. Tú puedes tener, sin sospecharlo, amigos en otro país. El hecho de ir a ver, en el transcurso del sueño, a los amigos, parientes, conocidos y personas que pueden seros útiles, es tan frecuente que lo hacéis vosotros mismos casi todas las noches.

Pregunta 415. ¿Cuál puede ser la utilidad de esas visitas nocturnas, puesto que no las recordamos?.

Respuesta. - Por lo general, queda de ellas una intuición al despertar, y suelen ser el origen de ciertas ideas que surgen de manera espontánea, sin que uno se las explique, y que no son sino las que se han recibido en esos contactos.

Pregunta 416. ¿Puede el hombre provocar voluntariamente las visitas espíritas?. ¿Le es posible, por ejemplo, decir, cuando está a punto de dormirse: “Esta noche quiero encontrarme, en Espíritu, con tal persona, hablarle y comunicarle tal otra cosa”?.

Respuesta. - He aquí lo que sucede: el hombre se adormila, su Espíritu se aleja, y lo que el hombre había resuelto el Espíritu con frecuencia está muy lejos de hacerlo, porque la vida del hombre interesa poco al Espíritu cuando éste se halla desprendido de la materia. Esto se refiere a los hombres suficientemente elevados, pues los otros pasan de un modo muy distinto su existencia espiritual: se dedican a sus pasiones o permanecen en la inactividad. Puede acontecer, pues, que según cuál sea el motivo que lo mueva, el Espíritu vaya a visitar a las personas que desea ver, pero aunque tenga voluntad de hacer algo cuando se encuentra despierto, no hay razón para que después lo haga.

Pregunta 417. Cierto número de Espíritus encarnados ¿pueden reunirse, pues, en asamblea?.

Respuesta. - A no dudarlo. Los lazos de amistad, antiguos o recientes, suelen congregar de esta manera a diversos Espíritus, dichosos de hallarse juntos.

Kardec. - La palabra antiguos ha de entenderse como refiriéndose a los vínculos de amistad contraídos en existencias anteriores. Al despertar, tenemos una intuición de las ideas que hemos obtenido en esos coloquios ocultos, pero cuyo origen ignoramos.

Pregunta 418. Una persona que creyera muerto a uno de sus amigos, cuando en realidad éste se hallara con vida, ¿podría encontrarse con él en Espíritu y comprobar así que estaba vivo? Y en tal caso, ¿puede tener esa persona la intuición del hecho, al despertar?.

Respuesta. - Como Espíritu podrá, por cierto, verle y conocer su suerte. Si el creer muerto a su amigo no le es impuesto como prueba, dicha persona tendrá un presentimiento de que el amigo está vivo, así como puede tener el presentimiento de su muerte.
3.- Transmisión oculta del pensamiento.

Pregunta 419. ¿A qué se debe que una misma idea –la de un descubrimiento, por ejemplo- se produzca en varios puntos a la vez?.

Respuesta. - Ya hemos dicho que en el transcurso del sueño los Espíritus se comunican mutuamente. Pues bien, cuando el cuerpo despierta, el Espíritu se acuerda de lo que ha aprendido, y el hombre cree haberlo inventado. De esta manera, muchos pueden descubrir lo mismo a la vez. Cuando manifestáis que una idea “está en el aire” es una figura más exacta de lo que creéis. Cada cual contribuye a difundirla, sin sospecharlo.

Kardec. - De este modo nuestro Espíritu revela muchas veces a otros Espíritus, y sin que nosotros lo sepamos, lo que era objeto de nuestras preocupaciones durante la vigilia.

Pregunta 420. ¿Pueden los Espíritus comunicarse si el cuerpo está del todo despierto?.

Respuesta. - El Espíritu no se halla encerrado en el cuerpo como en una caja. Irradia a su alrededor. De ahí que le sea posible comunicarse con otros Espíritus incluso en estado de vigilia, aun cuando haga esto más difícilmente.

Pregunta 421. ¿A qué se debe que con frecuencia dos personas completamente despiertas tengan al mismo tiempo la misma idea?.

Respuesta. - Se trata de dos Espíritus simpáticos que se comunican y ven recíprocamente su pensamiento, aun cuando el cuerpo no duerma.

Kardec. - Hay entre los Espíritus que se encuentran, una comunicación de pensamientos que hace que dos personas se vean y se comprendan sin necesidad de los signos exteriores del lenguaje. Se pudiera afirmar que hablan el lenguaje de los Espíritus.

4.- Letargia, catalepsia, muerte aparente.
Pregunta 422. Los letárgicos y catalépticos por lo general ven y escuchan lo que sucede alrededor de ellos pero no pueden manifestarlo. ¿Tienen esas percepciones por los órganos corporales, o sea, los ojos y los oídos?.

Respuesta. - No, sino por el Espíritu. Éste se halla consciente de sí, mas no puede comunicarse.

Pregunta 422 a. ¿Por qué no le es posible comunicarse?.
Respuesta. - A ello se opone el estado del cuerpo. Ese estado particular de los órganos os proporciona la prueba de que hay en el hombre algo más que el cuerpo. Puesto que éste no funciona ya, pero sí actúa el Espíritu.

Pregunta  423. Durante la letargia ¿puede el Espíritu desprenderse por completo del cuerpo, de manera de dar a éste todas las apariencias de la muerte, y regresar a él después?.

Respuesta. - En la letargia no está muerto el cuerpo, ya que existen funciones que se siguen cumpliendo. La vitalidad se halla en él en estado latente, igual que en la crisálida, pero no aniquilada. Ahora bien, el Espíritu está unido al cuerpo en tanto éste vive. Una vez rotos los vínculos por la muerte real y la disgregación de los órganos, la separación entre ambos es completa y el Espíritu no vuelve más. Cuando un hombre que tenía las apariencias de muerte retorna a la vida es porque su muerte no era total.

Pregunta 424. ¿Es posible, por medio de cuidados que se dispensen a tiempo, reanudar los lazos prontos a romperse y devolver la vida a un ser que, si no se le hubiese socorrido, habría muerto definitivamente?.

Respuesta. - Sí, ¿qué duda cabe?, y a diario tenéis pruebas de ello. El magnetismo es a menudo, en casos así, un recurso poderoso, porque devuelve al cuerpo el fluido vital de que carece y que resultaba insuficiente para mantener en funcionamiento los órganos.

Kardec. - Letargia y catalepsia tienen el mismo principio, consistente en la pérdida momentánea de la sensibilidad y del movimiento por una causa fisiológica todavía no explicada. Difieren en que, en la letargia, la suspensión de las energías vitales es de carácter general y da al cuerpo todas las apariencias de la muerte. En la catalepsia, en cambio, está localizada y puede afectar una parte más o menos amplia del organismo, de modo que deja a la inteligencia en libertad para manifestarse, lo que no permite confundirla con la muerte. La letargia es en todos los casos natural. La catalepsia suele ser a veces espontánea, pero puede también provocarse y suprimirse artificialmente por acción magnética.

5.- Sonambulismo.
Pregunta 425. El sonambulismo natural ¿tiene relación con los sueños?. ¿Cómo se puede explicarlo?.

Respuesta. - Es un estado de independencia del alma más completa que durante el sueño, y en el que sus facultades se encuentran más desarrolladas. El alma posee percepciones que no tiene en el transcurso del sueño, el cual constituye un estado de sonambulismo imperfecto.
Durante el sonambulismo, el Espíritu se halla en total posesión de sí mismo. Por encontrarse los órganos materiales, en cierta manera, en estado cataléptico, no reciben ya las impresiones exteriores. Dicho estado se manifiesta en modo especial durante el sueño: es el momento en que el Espíritu puede dejar provisionariamente el cuerpo, por hallarse éste entregado al reposo indispensable a la materia. Cuando los fenómenos sonambúlicos se producen es porque el Espíritu, preocupado por una u otra cosa, se entrega a determinada acción que requiere el uso de su cuerpo, del cual se sirve entonces en una forma análoga al empleo que se hace de una mesa o de cualquier otro objeto material en la producción de fenómenos o manifestaciones físicas, y aun de vuestra mano en comunicaciones escritas. En los sueños de que se tiene conciencia, los órganos, comprendidos los de la memoria, comienzan a despertar. Éstos reciben de manera imperfecta las impresiones producidas por los objetos o las causas exteriores y las comunican al Espíritu que, en reposo él mismo entonces, sólo percibe sensaciones confusas y a menudo deshilvanadas, sin ninguna razón de ser aparente, mezcladas con vagos recuerdos, ya sea de la actual existencia o de vidas anteriores. Es así fácil comprender por qué los sonámbulos no tienen ningún recuerdo de lo acontecido y por qué aquellos sueños cuya memoria conservamos las más de las veces no poseen sentido alguno. Digo “las más de las veces”, porque también sucede que ellos sean la consecuencia de un recuerdo preciso de acontecimientos realizados en una vida anterior, y hasta, en ocasiones, una especie de intuición del futuro.

Pregunta 426. El sonambulismo denominado magnético ¿tiene relación con el sonambulismo natural?.

Nota del Copista. -  El sonambulismo magnético, obedece al término que empleó por primera vez el Marqués de Puységur,(1751-1825) como “sonambulismo artificial”, al inducir a uno de sus pacientes mediante los pases magnéticos propios del mesmerismo, a este estado de trance que se considera el inicio moderno de las teorías del Hipnotismo.

Respuesta. - Se trata de una misma cosa, con la diferencia de que aquél es provocado.

Pregunta 427. ¿De qué naturaleza es el agente llamado “fluido magnético”?.

Respuesta. - Fluido vital, electricidad “animalizada”, que son modificaciones del fluido universal.

Pregunta 428. ¿A qué se debe la clarividencia sonambúlica?.

Respuesta. - Ya lo dijimos: es el alma que ve.

Pregunta 429. ¿Cómo puede ver el sonámbulo a través de los cuerpos opacos?.

Respuesta. - No existen cuerpos opacos sino para vuestros órganos groseros. ¿No hemos dicho ya que para el Espíritu la materia no es en manera alguna un obstáculo, puesto que libremente la atraviesa?. Con frecuencia el sonámbulo os manifiesta que ve por la frente, la rodilla, etcétera, porque vosotros, sumergidos por completo en la materia, no comprendéis que puede ver sin ayuda de los órganos. Y él mismo, debido al deseo que vosotros tenéis, cree necesitar de dichos órganos, pero si le dejarais libre comprendería que está viendo con todas las partes de su cuerpo, o, dicho mejor, ve fuera de su cuerpo.

Pregunta 430. Puesto que la clarividencia del sonámbulo es la de su alma o Espíritu, ¿por qué no ve todo? Y también ¿por qué razón se engaña muchas veces?.

Respuesta. - En primer lugar, no es dado a los Espíritus imperfectos verlo y conocerlo todo. Bien es sabido que ellos participan todavía de vuestros errores y prejuicios. Y además, cuando se encuentran atados a la materia no gozan de la totalidad de las facultades propias de los Espíritus. Dios ha concedido al hombre esa facultad con un fin útil y serio, y no para enseñarle lo que no debe saber. He ahí por qué motivo los sonámbulos no pueden decirlo todo…

Pregunta 431. ¿Cuál es la fuente de las ideas innatas del sonámbulo y cómo puede hablar con exactitud de cosas que ignora en estado de vigilia, y que están incluso por encima de su propia capacidad intelectual?.

Respuesta. - Ocurre que el sonámbulo posee más conocimientos de los que tú le conoces. Sólo que éstos se encuentran aletargados, por cuanto su envoltura es demasiado imperfecta para que pueda acordarse de ellos. Pero, al fin de cuentas, ¿qué es él? Es, igual que vosotros, un Espíritu encarnado en la materia con el objeto de llevar a cabo su misión, y el estado en que entra lo despierta de ese letargo. Con harta frecuencia te hemos repetido que nosotros volvemos a vivir muchas veces. Y ese cambio es el que le hace perder materialmente lo que ha podido aprender en una vida anterior. Al ingresar en el estado que tú denominas crisis, él se acuerda, pero no siempre de manera completa. Sabe, pero no podría explicar de dónde los ha sacado ni cómo posee tales conocimientos. Una vez pasada la crisis, todos los recuerdos se esfuman y vuelve a entrar en la oscuridad.

Kardec. - La experiencia muestra que los sonámbulos reciben asimismo comunicaciones de otros Espíritus que les transmiten lo que deben decir y suplen su insuficiencia. Esto se advierte en especial en las prescripciones médicas: el Espíritu del sonámbulo ve el mal y otro le indica el remedio. Esta doble acción se torna a veces evidente y se revela, además, por esas expresiones que con tanta frecuencia les escuchamos: “Se me dice que diga”, o “se me prohíbe decir” tal cosa. En este último caso, hay siempre peligro en insistir para obtener una revelación negada, porque entonces se da oportunidad a los Espíritus frívolos, que hablan de todo sin escrúpulos y sin preocuparse de la verdad.

Pregunta 432. ¿Cómo explicar la visión a distancia que en ciertos sonámbulos se observa?.

Respuesta. - ¿Acaso no se traslada el alma durante el sueño? Lo propio ocurre en el sonambulismo.

Pregunta 433. El mayor o menor desarrollo de la clarividencia sonambúlica ¿depende de la organización física, o de la naturaleza del Espíritu encarnado?.

Respuesta. - De una y de otra. Hay disposiciones físicas que posibilitan al Espíritu desprenderse de la materia con mayor o menor facilidad.

Pregunta 434. Las facultades de que goza el sonámbulo ¿son las mismas que posee el Espíritu después de la muerte?.

Respuesta. - Hasta cierto punto, porque hay que tomar en cuenta la influencia de la materia, a la cual sigue unido.

Pregunta 435. ¿Puede el sonámbulo ver a los otros Espíritus?.

Respuesta. - La mayoría de ellos los ven muy bien. Depende del grado y de la índole de su lucidez. Pero, en ocasiones no se dan cuenta de ello en el primer momento, y los confunden con seres corporales. Esto ocurre, sobre todo, a aquellos sonámbulos que no tienen conocimiento alguno del Espiritismo. No comprenden aún la esencia de los Espíritus. Ello los asombra, de ahí que crean estar viendo seres vivientes.

Kardec. - El mismo efecto se produce en el instante de la muerte en aquellas personas que se creen todavía vivas. Nada en torno de ellas les parece haber cambiado, se les ocurre que los Espíritus poseen cuerpos similares a los nuestros, y toman por un cuerpo real la apariencia de cuerpo de los Espíritus.

Pregunta 436. El sonámbulo que posee la visión a distancia ¿ve desde el punto en que está su cuerpo, o desde aquel en que se encuentra su alma?.

Respuesta. - ¿A qué esta pregunta, si es el alma la que ve, y no el cuerpo?.

Pregunta 437. Puesto que la que se traslada es el alma, ¿cómo puede el sonámbulo experimentar en su cuerpo las sensaciones de calor o frío correspondientes al lugar en que se halla su alma, la cual está a veces muy lejos de su cuerpo?.

Respuesta. - El alma no ha dejado por completo al cuerpo. Sigue ligada a él por el lazo que los une. Y ese vínculo es el que conduce las sensaciones. Cuando dos personas se comunican de una ciudad a otra mediante la electricidad, ésta constituye el lazo que une sus pensamientos. De ahí que conversen como si estuvieran una frente a otra.

Pregunta 438. El empleo que hace un sonámbulo de su facultad ¿influye sobre el estado de su Espíritu después de la muerte?.

Respuesta. - Mucho, como el buen o mal uso de todas las facultades que Dios ha otorgado al hombre.
6.- Éxtasis.

Pregunta 439. ¿Qué diferencia hay entre el éxtasis y el sonambulismo?.

Respuesta. - El éxtasis es un sonambulismo más depurado. El alma del extático es todavía más independiente.

Pregunta 440. ¿Penetra de veras el Espíritu del extático en los mundos superiores?.

Respuesta. - Sí, los ve y comprende la felicidad de quienes los habitan. De ahí que querría permanecer en ellos. Pero hay mundos que son inaccesibles para los Espíritus que no están lo bastante purificados.

Pregunta 441. Cuando el extático manifiesta el deseo de dejar la Tierra ¿habla con sinceridad?. Y ¿no es retenido aquí por su instinto de conservación?.

Respuesta. - Ello depende del grado de pureza del Espíritu. Si ve su posición futura mejor que su vida actual, se esfuerza por quebrar los vínculos que lo ligan a la Tierra.

Pregunta 442. Si se abandona al extático a sí mismo ¿podría su alma dejar en forma definitiva el cuerpo?.

Respuesta. - En efecto, puede morir. Por eso hay que atraerlo con todo lo que pueda retenerlo aquí, y en especial haciéndole comprender que, si rompiera la cadena que lo sujeta al mundo, ese sería el medio más seguro para no poder quedarse allá, donde comprende que sería dichoso.

Pregunta 443. Hay cosas que el extático pretende ver y que, evidentemente, son el producto de una imaginación excitada por las creencias y preconceptos terrenales. Todo lo que ve ¿no es entonces real?.

Respuesta. - Lo que está viendo es real para él. Pero, como su Espíritu sigue bajo el influjo de las ideas terrenas, puede que lo vea a su modo o, mejor dicho, tal vez lo exprese en un lenguaje conforme a sus preconceptos y a las ideas con que lo educaron, o a las vuestras, para darse a entender mejor. Sobre todo en este sentido puede incurrir en error.

Pregunta 444. ¿Qué grado de confianza es posible conceder a las revelaciones de los extáticos?.

Respuesta. - El extático podrá engañarse con mucha frecuencia, sobre todo cuando quiere penetrar en aquello que debe seguir siendo un misterio para el hombre, porque en tal caso se abandona a sus propias ideas, o bien se convierte en juguete de Espíritus embusteros que aprovechan su entusiasmo para fascinarlo.

Pregunta 445. ¿Qué consecuencias es posible extraer de los fenómenos del sonambulismo y del éxtasis?. ¿No constituirían, quizá, una especie de iniciación para la vida futura?.

Respuesta. - O, para decirlo mejor, lo que el hombre entrevé es la vida pasada y la vida futura. Estudie él estos fenómenos y encontrará en ellos la solución de más de un enigma que su razón trata inútilmente de develar.

Pregunta 446. Los fenómenos del sonambulismo y del éxtasis ¿podrían estar de acuerdo con el materialismo?.

Respuesta. - El que los estudie de buena fe y sin prevención no podrá ser ni materialista ni ateo.

7.- Doble vista.

Pregunta 447. El fenómeno designado con el nombre de doble vista ¿tiene relación con el sueño y el sonambulismo?.

Nota de H. Pires. -  Kardec ha usado las dos expresiones: “segunda vista” y “doble vista”, inclinándose  evidentemente por la primera de ellas. Pero, como es más común “doble vista”, se prefiere aquí.

Respuesta. - Todo esto es una misma cosa. Lo que denominas doble vista es el Espíritu en estado de mayor libertad, aunque el cuerpo no esté dormido. La doble vista es la vista del alma.

Pregunta 448. ¿Es permanente la doble vista?.

Respuesta. - La facultad, sí. Su ejercicio, no. En los mundos menos materiales que el vuestro los Espíritus se desprenden con mayor facilidad y entran en comunicación recíproca por el solo vehículo del pensamiento, sin excluir, empero, el lenguaje articulado. Asimismo, la doble vista es allí, para la mayoría, una facultad permanente. Su estado normal puede compararse al de vuestros sonámbulos lúcidos, y esa es también la razón por la cual se manifiestan a vosotros más fácilmente que aquellos otros que están encarnados en cuerpos más groseros.

Pregunta 449. ¿Se desarrolla la doble vista de una manera espontánea, o por voluntad del que está dotado de ella?.

Respuesta. - En la mayoría de los casos es espontánea, pero muchas veces también la voluntad desempeña en ella un rol importante. Así, toma como ejemplo a esas personas a las que se conoce como pronos-ticadores de la buenaventura, algunas de las cuales poseen esta facultad, y verás que es la voluntad la que las ayuda a desarrollar esa doble vista, así como la que tú llamas visión.

Pregunta 450. La doble vista ¿es susceptible de desarrollarse mediante el ejercicio?.

Respuesta. - Sí, el trabajo trae siempre progreso, y el velo que cubre las cosas se torna menos denso.

Pregunta 450 a. Esa facultad ¿depende de la organización física?.

Respuesta. - Por cierto que la organización física desempeña un papel. Hay organismos que son refractarios a ella.
451. ¿A qué se debe que la doble vista parezca ser hereditaria en determinadas familias?.

Respuesta. - Similitud de organización, que se transmite de unos individuos a otros, así como sucede con las demás cualidades físicas. Además, desarrollo de la facultad mediante una especie de educación, que también se transmite de uno a otro.

Pregunta 452. ¿Es cierto que determinadas circunstancias desarrollan la doble vista?.

Respuesta. - La enfermedad, la proximidad de un peligro, una gran conmoción, pueden manifestarla. El cuerpo se halla a veces en un estado particular que permite al Espíritu ver lo que no podéis percibir con vuestros ojos.

Kardec. - Las épocas de crisis y calamidades, las grandes emociones; en suma, todas aquellas causas que sobreexcitan lo moral, provocan en ocasiones el desarrollo de la doble vista. Pareciera como si la Providencia, cuando nos encontramos frente al peligro, nos diera el medio para conjurarlo. Todas las sectas y partidos que han sufrido persecución ofrecen de ello numerosos ejemplos.

Pregunta 453. Las personas dotadas de doble vista ¿tienen en todos los casos conciencia de su facultad?.

Respuesta. - No siempre. Es para ellos algo muy natural, y muchos creen que si todo el mundo se observara a sí mismo, cada cual debería descubrirse esa facultad.

Pregunta 454. ¿Se podría atribuir a una especie de doble vista la perspicacia de ciertas personas que, sin tener nada de extraordinario, juzgan las cosas con mayor precisión que otras?.

Respuesta. - Siempre es el alma la que irradia con más libertad y que juzga mejor que cuando se halla bajo el velo de la materia.
Pregunta 454 a. ¿Puede esa facultad, en ciertos casos, dar la presciencia de las cosas?

Respuesta. - En efecto. Da también los presentimientos, porque en dicha facultad existen muchos grados, y un mismo individuo podrá poseer todos los grados de ella, o sólo algunos.
8.- Resumen teórico del sonambulismo, el éxtasis y la doble vista.

455. Los fenómenos del sonambulismo natural se producen en forma espontánea y son independientes de toda causa exterior conocida. Pero en ciertas personas, provistas de una organización especial, pueden ser provocados artificialmente, por la acción del agente magnético.

El estado que se designa con el nombre de sonambulismo magnético sólo difiere del sonambulismo natural en que el uno es provocado, al paso que el otro es espontáneo.
El sonambulismo natural constituye un hecho notorio, que nadie piensa poner en tela de juicio, pese a lo maravilloso de los fenómenos que presenta. ¿Qué tiene, pues, de extraordinario o irracional el sonambulismo magnético, por el hecho de ser producido artificialmente, como tantas otras cosas? Se ha dicho que los charlatanes lo han explotado: razón de más PARA que no lo dejemos en sus manos… Cuando la ciencia lo haya tomado a su cargo, el charlatanismo disfrutará de mucho menos crédito entre las multitudes. Pero en el ínterin, como quiera que el sonambulismo natural o artificial es un hecho, y contra un hecho no hay razonamiento posible, se sigue acreditando, no obstante la mala voluntad de algunos a su respecto, y esto en la ciencia misma, a la que ingresa por una gran cantidad de portezuelas en vez de hacerlo por la puerta grande. Cuando esté acreditado del todo habrá que concederle el derecho de ciudadanía.
Para el Espiritismo, el sonambulismo significa más que un fenómeno fisiológico: es una luz proyectada sobre la psicología. Mediante ella se puede estudiar el alma, porque ésta se muestra allí al descubierto. Ahora bien, uno de los fenómenos que lo caracterizan es la clarividencia independiente de los órganos visuales ordinarios. Los que refutan este hecho se basan en que el sonámbulo no ve en todos los casos, y a voluntad del experimentador, igual que con los ojos. ¿Hay que asombrarse de que, siendo diferentes los medios, los efectos no sean los mismos?. ¿Es natural pedir efectos idénticos cuando el instrumento ya no existe?. El alma posee sus facultades, como el ojo las suyas. Hay que evaluarlas por sí propias y no por analogía.
La causa de la clarividencia del sonámbulo magnético y del sonámbulo natural es en ambos casos la misma: se trata de un atributo del alma, una facultad inherente a todas las partes del Ser incorpóreo que en nosotros reside, y que sólo tiene los límites asignados al alma misma. El sonámbulo ve en todas partes adonde su alma puede trasladarse, sea cual fuere la distancia implicada.
En la visión a distancia, el sonámbulo no ve las cosas desde el punto en que su cuerpo se halla, y como por un efecto telescópico. Las está viendo presentes, y como si él se encontrara en el lugar en que ellas existen, porque en realidad su alma se halla ahí. Por eso su cuerpo está como aniquilado y pareciera privado de sensaciones, hasta el momento en que el alma vuelve a tomar posesión de él. Esta parcial separación del alma y el cuerpo es un estado anormal que puede tener una duración más o menos prolongada, pero no ilimitada. Constituye la causa de la fatiga que el cuerpo experimenta después de cierto tiempo, sobre todo cuando el alma se entrega a un trabajo activo.
Puesto que la vista del alma o Espíritu no está circunscrita ni tiene sede determinada, esto explica por qué los sonámbulos no pueden asignarle un órgano especial. Ven porque ven, sin saber el porqué ni el cómo, pues la vista no posee un asiento propio para ellos, en cuanto Espíritus que son. Si se refieren a su cuerpo, les parece que esa sede se localiza en los centros en que es mayor la actividad vital, especialmente en el cerebro, en la zona epigástrica o en el órgano que, para ellos, es el punto de unión más íntimo entre el Espíritu y el cuerpo.
El poder de la lucidez sonambúlica no es sin límites. Aun estando el Espíritu del todo libre, se halla limitado en sus facultades y conocimientos, según el grado de perfección que haya alcanzado. Y lo está más cuando se encuentra unido a la materia, cuyo influjo universal es infalible. Podemos contar tanto menos con su infalibilidad cuando la distraemos del objetivo que la Naturaleza se ha propuesto con ella y hacemos de la misma un objeto de curiosidad y de experimentación.
En el estado de desprendimiento en que se encuentra el Espíritu del sonámbulo entra con más facilidad en comunicación con los otros Espíritus, encarnados o no encarnados. Dicha comunicación se establece por el contacto de los fluidos que integran los periespíritus y sirven de transmisión al pensamiento, como el conductor eléctrico. El sonámbulo no necesita, pues, que el pensamiento sea articulado por la palabra: lo siento y lo adivina. Es esto lo que lo torna eminentemente impresionable y accesible a las influencias de la atmósfera moral en que se halla. De ahí que una una abstracta e ininteligible metafísica para correr en busca de las causas de nuestra existencia moral, Dios pone a diario ante sus ojos y al alcance de su mano los medios más simples y patentes para el estudio de la psicología experimental.
El éxtasis es el estado en que la independencia entre el alma y el cuerpo se manifiesta de la manera más perceptible y se torna, en cierto modo, palpable.
Durante el sueño y en el sonambulismo el alma erra por los mundos terrenales. En el éxtasis, penetra ella en un mundo incógnito, el de los Espíritus etéreos con quienes entra en comunicación, sin que pueda, empero, exceder ciertos límites que no le sería posible franquear sin romper del todo los lazos que la unen al cuerpo. Un fulgor resplandeciente, nuevo por completo, la circunda; armonías desconocidas en la Tierra la extasían; un bienestar indefinible la penetra: goza por anticipado de la beatitud celeste y se puede decir que pone un pie en el umbral de la eternidad.
En el estado de éxtasis el aniquilamiento del cuerpo es casi total. Sólo le resta,  por así decir, la vida orgánica, y se siente que el alma no está ligada a él más que por un hilo, que un esfuerzo adicional quebraría sin remedio.
En ese estado, todo pensamiento terreno desaparece, para dar lugar al sentimiento depurado que constituye la esencia misma de nuestro Ser inmaterial. Todo él entregado a tan sublime contemplación, el extático sólo considera la vida como una momentánea detención en el camino. Para él, bienes y males, alegrías groseras y miserias de este mundo no son sino fútiles incidentes de un viaje del cual se siente dichoso de alcanzar el fin.
Sucede con los extáticos lo que con los sonámbulos: su lucidez puede ser más o menos perfecta, y su propio Espíritu, según sea su grado de elevación mayor o menor, es asimismo más o menos apto para conocer y comprender las cosas. En ocasiones hay en ellos más exaltación que verdadera lucidez, o, dicho mejor, esa exaltación perjudica a su lucidez. De ahí que sus revelaciones sean a menudo una mezcla de verdades y errores, de sublimidades y absurdos, e incluso ridiculeces. Los Espíritus inferiores suelen sacar partido de tal exaltación, que es siempre causa de debilidad cuando no se sabe refrenarla, para dominar al extático, y con este propósito se revisten a sus ojos de apariencias que lo mantienen dentro de sus ideas o prejuicios de la vigilia. Es este un escollo, pero todos los extáticos no son iguales. Toca a nosotros juzgar con frialdad y pesar sus revelaciones en la balanza de la razón.
La emancipación del alma se manifiesta a veces en estado de vigilia y produce el fenómeno designado con el nombre de doble vista, que otorga, a quienes están dotados de ella, la facultad de ver, escuchar y sentir más allá de los lindes de nuestros sentidos. Perciben las cosas ausentes en todas partes a las que el alma extiende su acción. Podríamos decir que ven por medio de la vista ordinaria y como por una suerte de espejismo.
En el instante en que se opera el fenómeno de la doble vista cambia en forma perceptible el estado físico. Los ojos presentan cierta vaguedad, el sonámbulo mira sin ver, toda su fisonomía refleja una especie de exaltación. Se comprueba que los órganos de la visión son ajenos al fenómeno, por cuanto la visión persiste aunque estén los ojos cerrados.
Esta facultad les parece, a los que de ella gozan, tan natural como la de ver. Para ellos es un atributo de su ser, que no consideran excepcional. El olvido sucede casi siempre a esa lucidez transitoria cuyo recuerdo, cada vez más nebuloso, concluye por desaparecer, como el de un sueño.
El poder de la doble vista varía desde la sensación confusa hasta la clara y nítida percepción de las cosas presentes o ausentes. En estado rudimentario, da a ciertas personas tacto, perspicacia, una especie de seguridad en sus actos, que se puede denominar la exactitud de la penetración moral. Cuando está más evolucionada, suscita presentimientos. Y si todavía se desarrolla más, muestra los acontecimientos sucedidos o en vías de ocurrir.
El sonambulismo natural y artificial, el éxtasis y la doble vista no son sino variedades o modificaciones de una misma causa. Estos fenómenos, así como los sueños, están en la Naturaleza. De ahí que en todo tiempo hayan existido. La historia nos muestra que fueron conocidos, e incluso explotados, desde la más remota antigüedad, y en ellos encontramos explicación para una multitud de hechos que los prejuicios hicieron que se tuvieran por sobrenaturales.

Todos estos fenómenos se hallan en la hora actual científicamente demostrados por las experimentaciones parapsicológicas, aun cuando ciertos investigadores pretenden obtener que “se adapten al materialismo”.