En la página ==PRESENTACIÓN== del AudioTexto en formato de lectura automática para El Libro de los Espíritus hube de crear la palabra:
IGNOLENCIA, para describir cierta acción antisocial, intencionada y provocativa que deja "libre de culpa" a quienes la practican.
IGNOLENCIA, para describir cierta acción antisocial, intencionada y provocativa que deja "libre de culpa" a quienes la practican.
Ya es tiempo de mostrar a los desposeídos y marginados el
verdadero sentido de la vida, que ellos acepten la responsabilidad que les toca
de instruirse e informarse para no ser usados como caballito de batalla por la Política
y la Religión que les obliga a estar en continuo antagonismo con la Economía,
(como si no fuera para ellos), para que así: por merecimiento,
puedan obtener la Dignidad y los Derechos que le corresponden a todos los
habitantes de éste Planeta no importando su condición social.
Todas las enfermedades sociales o físicas, y las inconformidades
sociales o psíquicas, podrán ser erradicadas cuando sepamos quienes somos y cual
es nuestro acervo espiritual, y para eso hay que: “Estudiar”.
IGNOLENCIA
IGNOLENCIA
Es una palabra compuesta que comprende la Ignorancia y la
Indolencia.
Proviene de la Ignorancia, aunque para no generalizar ni
ofender a nadie y a la vez representar actos reñidos con la moral, como por
ejemplo la Inquisición o los suicidios colectivos de algunas sectas extremas, o
los efectos de las guerras que sobrepasaron con creces la Indolencia.
Después de esto la palabra original (Ignorancia) me parece
demasiado benévola para referirse a la labor de las Iglesias y de las Sectas,
de la Política y de la Economía.
En resumen, IGNOLENCIA: es la falta de
conocimiento adecuado, avalado por el no esfuerzo de instruirse, es la
desinformación intencionada por parte de los poderes Religiosos, Políticos y Económicos
en detrimento de las personas.
La ignorancia facilita el consumismo y la proliferación de
enfermedades físicas, morales y sociales, nos posiciona en un futuro que no
existe, alejándonos de la realidad del ahora, nos inunda de distracciones y nos
clasifica como seres cultivables para alimento de la economía y la política,
controlados por la religión, las características comerciales y los programas
sociales (algunos más sensibles y humanizados hacen lo que pueden).
Al ser estos entes o estructuras (política, religión y
economía), gigantes carentes de sentimientos e indiferentes ante la sociedad.
Son las personas que integran estas instituciones quienes deben reflejar su formación moral, social y comunitaria a medida que su estudio y comprensión lo permita, para ir progresando en beneficio de la sociedad.
Son las personas que integran estas instituciones quienes deben reflejar su formación moral, social y comunitaria a medida que su estudio y comprensión lo permita, para ir progresando en beneficio de la sociedad.
No es posible clasificar a las personas dentro de la
IGNOLENCIA, es demasiada crueldad, ESTA ES SOLO APLICABLE A LOS PODERES E
INSTITUCIONES AFINES.
Recomiendo leer los libros: “El Horror Económico” y “Una
Extraña Dictadura” de la escritora Viviane Forrester. Para comprender mejor los Poderes.
Publicado por http://caminantespirita.blogspot.com/
Veamos las definiciones:
IGNORANCIA: – Wikipedia. La Ignorancia (del verbo “ignorar”, del Latín ignorare – “no saber”-,
derivado negativo de la raíz gno – de(g)noscere – “saber”- ) suele entenderse
de forma general como ausencia de conocimiento.
Se puede entender en dos sentidos:
·
En un
sentido absoluto:
Ignorancia o ignorante, aplicado
sin matices en sentido absoluto a una persona o grupo social; equivale a un
insulto que manifiesta una degradación en la escala social y en la valoración
individual.
·
Respecto a
un contenido concreto:
Cuando se aplica a un contenido
concreto significa: “no saber algo determinado”, frente al conocimiento de
muchas otras cosas o “tener un conocimiento imperfecto sobre...”
En este segundo sentido es donde
el concepto de ignorancia adquiere toda su dimensión en su referencia al
conocimiento.
No se trata, entonces de una
“ausencia” sino de una “carencia de” o de una “imperfección” respecto de un
conocimiento adecuado.
En este caso la ignorancia nos muestra diferentes propiedades
del proceso cognitivo, así como acerca de la afirmación de su validez como
conocimiento.
La
ignorancia, así considerada, aplica como adjetivo a una persona o
conjunto de personas, se toma como sinónimo
de estupidez, tomándose de este modo como un insulto, si no es un
desprecio.
De hecho la carencia absoluta de conocimiento, la ignorancia
absoluta no es posible; pues de lo absolutamente desconocido ni siquiera se
puede decir que es “desconocido”. Y si tenemos alguna noticia de ello, por eso
mismo deja de ser completa o absolutamente ignorado.
La
ignorancia como realidad social:
Lo diferenta, lo nuevo, lo inesperado, tiende a verse como
algo peligroso y amenazante en el proceso cognitivo. En este sentido tendemos
hacia la ignorancia, frente a la tensión que supone la ampliación de lo
conocido.
No es
extraño, pues que algunas creencias de tipo ideológico y moral alaben la
ignorancia como fuente de dicha. Estas creencias promueven que la
tradición es el valor social fundamental respecto a las preguntas que pueden
abrir la mente al conocimiento de nuevos aspectos de la realidad.
Históricamente en las sociedades con sólidos sistemas de
jerarquía o sistema de castas, este sentido de ignorancia se aplica a los
“ignorantes” lo que ayuda a mantener directamente la especialización de las clases sociales en la riqueza y en el trabajo,
reduciendo celos y descontento y ayudando de este modo a la armonía social.
Ciertas
creencias religiosas y culturales: “Dios ha hecho así las cosas” o “es
necesario conformarse con una voluntad divina” o simplemente “las cosas son
así, que le vamos a hacer”, justifican y mantienen esta ignorancia y han sido
un freno para el desarrollo y progreso cultural y social.
El avance
del conocimiento, como contrapunto a la ignorancia, siempre ha sido una crítica
y oposición a creencias religiosas y mitos así como al ejercicio del poder
social, que consagran el STATU QUO y dificultan la evolución hacia el progreso.
Tal es el significado de denuncia del espíritu de la
ilustración y la idea de progreso social unida al crecimiento de la educación
de la población.
Ningún texto formula mejor este modo de concepto de la
ignorancia que el escrito de Immanuel Kant en 1784, “Respuesta a la pregunta ¿qué es la
ilustración?” y su famosísimo aforismo: “sapere aude”: ¡ atrévete a saber ¡”.
Hoy el derecho a la educación y el acceso libre al
conocimiento y a la información veraz está reconocido como uno de los Derechos
Humanos fundamentales.
La ignorancia no se acepta como valor positivo, y aunque se
subraya su carácter de valor negativo, no obstante se procura aplicar en muchas
modalidades de la acción social.
La censura, la información o desinformación intencionada
etc. constituyen todavía
Un freno para el desarrollo del conocimiento bajo el
supuesto de que la ignorancia facilita
el ejercicio del poder.
Poder que adquiere especial relevancia ejercido desde los
medios de comunicación que tienden por eso a estar muy controlados tanto por los poderes políticos como económicos.
La Antropología, por su parte, muestra como la cultura propia
puede suponer una ignorancia absoluta respecto a la cultura ajena y puede ser
una dificultad para comprender las costumbres y las culturas diferentes.
En casos extremos algunos valores culturales convertidos en
absolutos, pueden producir asimismo “absoluta
ignorancia”, y producen elefantísmo. Generalmente el fanatismo es un
subproducto de este sentido de la ignorancia fácilmente convertible en
integrismo religioso o doctrinal, racismo e intolerancia gobernado y dirigido,
casi siempre, no por la ignorancia, sino
por los intereses de poder.
Ignorancia
y conocimiento:
En su relación con el conocimiento la ignorancia adquiere un
significado de “carencia” o de imperfección.
El conocimiento en su referente contiene un “estado de
ignorancia” o “desinformación”, que admite por tanto muchos grados y matices
hasta llegar a una situación de conocimiento adecuado que pueda sostener una
afirmación de conocimiento válido.
En filosofía el estado de ignorancia va parejo e
inversamente proporcional a la adquisición de conocimiento, siendo éste el
objeto de estudio de la epistemología.
Docta
Ignorantia:
Es una expresión empleada por San agustín, San Buenaventura
y principalmente por Nicolás de Cusa para significar la actitud prudente del
sabio ante la magnitud de los problemas del Universo y la limitación de las
facultades naturales del conocimiento. Es la conciencia de nuestra ignorancia,
de lo que podemos saber y de lo que no podemos saber, en el fondo no difiere
del punto de partida Socrático y es el principio de la verdadera Ciencia.
INDOLENCIA: La información en Wikipedia es
escasa, sólo dice que es:
Dejado,
Perezoso, Negligente.
A continuación un artículo encontrado en foros de www.univision.com que a la vez dice: (Artículo sacado de la red).
¿ Que significa ser indolente ?
LA INDOLENCIA ES CAUSA O COMPAÑERA INSEPARABLE DE LADRONES, CORRUPTOS Y
CRIMINALES.
Indolencia por un lado significa flojera, pereza o
haraganería, y por el otro, indica
inestabilidad y el no conmoverse ante el dolor propio o el de terceros.
Esto se debe a que en la antigua mitología griega la divinidad que
personificaba la indolencia también interpretaba a la pereza. Su nombre era “Ergía” y convivía con otras Deidades
que representaban al sueño, la quietud y el silencio. Se le pintaba como un ser
somnoliento, dormía en medio de telarañas y se mostraba contrapuesta al
trabajo.
Desde un
punto de vista psicológico, una persona indolente describe a quien no se afecta
o conmueve ante el dolor. La indolencia social incluye ser indiferente ante el
sufrimiento de una o más personas o de una comunidad.
La indolencia social se presenta en algunas comunidades
producto de un fatalismo provocado por la desesperanza y por no poder cambiar
el trágico entorno donde habitan, ni poder “salir de abajo” aunque se hagan
esfuerzos notables en el trabajo. La obligada resignación y una aceptación
forzada de la ruinosa realidad, produciría en algunos la indolencia y una
actitud de poca o ninguna solidaridad. En este caso, nos referimos a la
indolencia social que encontramos en ciertos niveles desposeídos de la
sociedad.
En casos
individuales, sin importar el nivel socioeconómico, el indolente es una persona
egoísta por naturaleza, generalmente inescrupulosa, superficial. No reacciona
ante calamidades y tragedias.
Los
indolentes no piensan en los demás, se concentran en sí mismos. Esto les
permite no sentir remordimientos, recatos ni consideraciones con otros.
Así, los delincuentes son indolentes con sus víctimas.
Los corruptos son insensibles al daño que ocasionan.
La indolencia es causa o compañera inseparable de ladrones y
criminales.
También
tropezamos con los indolentes “pasivos” que se concentran en su propia
existencia, ocupados en lograr sus objetivos sin “ver para los lados”, aunque
algunos sean arribistas y perjudiquen a otros para ellos “subir” o “ascender”.
Entre los indolentes pululan los fríos y calculadores y los indiferentes y
apáticos.
Se puede
comenzar a dejar de ser indolente adhiriéndose a alguna causa común con
miembros de su comunidad, participando en apoyo y respaldo en distintos
eventos, siendo solidarios con las personas cercanas y con la comunidad en
donde viva.
El conocer los problemas de otros, aportar soluciones o
colaborar con ello, poco a poco, despertará el interés y en algún momento la
indolencia dará paso a la sensibilidad, al entusiasmo y al existir con sentido
gregario y social.
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