y No destrucción de la Humanidad.
Éstos serán los signos de
los tiempos que han de venir….
Ya ha llegado el tiempo de la Regeneración de La Humanidad. Ya
pasó el primer siglo que dijeron los Espíritus Superiores y ya estamos a
mitad del próximo siglo, a 46 años de este segundo siglo. Los signos de
los tiempos que han de venir no serán mediante un
nuevo diluvio, ni un cataclismo, ni una revuelta general, estos no son los signos
de los tiempos.
“Todo sigue el
orden natural de las cosas, y las leyes
inmutables de Dios no serán por ningún concepto interrumpidas. No
veréis, por consiguiente, ni milagros, ni prodigios, ni nada sobrenatural en el
sentido vulgar que se da a estas palabras. No miréis al cielo para
buscar los signos precursores, porque no los hallaréis, y aquellos que os los
anuncien os engañarán; pero mirad en torno de vosotros, entre los hombres, y
aquí los hallareis.”,
según dicho
por los mismos espíritus de La Codificación Espírita,
el Libro El Cielo y El Infierno,
escrito por Allan Kardec, y luego muy bien resumido en EL Libro
Obras Póstumas, también escrito
por Allan Kardec.
Lo siguiente
es literalmente lo que dijeron los Espíritus Superiores sobre la Regeneración de La Humanidad, que bajo
ninguna circunstancias deberá interpretarse con lo que muchos pronostican sobre
las catástrofes y el fin del mundo ocurrirá en el 2012. Ya
estamos a casi la mitad del año y nada ha ocurrido ni ocurrirá jamas.
Eso si; los falsos profetas están por doquier, en todas partes tratando
de adjudicarse crédito por lo que no han interpretado lo que la Regeneración de la Humanidad deberá ser.
Pues esta Regeneración de La
Humanidad se refiere al comportamiento Moral y no de destrucción física de los seres humanos, ni del mundo que Dios nos ha dado
para vivir.
Les exhorto a evaluar lo dicho por Los Espíritus Superiores,
muy bien explicado, hace 146 años, ellos dijeron lo siguiente hace
146 años luego de publicados4 libros de
la Codificación Espirita, solo faltaba la publicación del
Libro de Génesis.
“Los
Espíritus anuncian que son llegados los tiempos que la Providencia señaló para
que se produjera una manifestación universal, y siendo ellos los ministros de
Dios y agentes de su voluntad, su misión consiste en instruir e iluminar a los
hombres, inaugurando una nueva era para la regeneración del género humano.”
Mi opinión al
respecto es lo siguiente:
"NO CREAS NI A FALSOS
PROFETAS, NI A MERCADERES ESPIRITUALES, QUE LO ÚNICO QUE BUSCAN ES
EL BENEFICIO PROPIO, NI A NINGUNA PREDICCIÓN ADIVINATORIA QUE
LO ÚNICO QUE HACEN ES CREAR EXPECTATIVAS PARA EL PROPIO
BENEFICIO MATERIAL DE LOS QUE SE PRESTAN PARA ESTAS TONTERÍAS.
Frank Montañez".
LA ESENCIA Y NO LA LETRA…
Se da más importancia al lenguaje que a la esencia del mensaje que Espíritus Elevados nos dieron
en La Codificación Espírita de Allan Kardec.
Muchos dicen que los Espíritus de La
Codificación Espírita eran
Espíritus religiosos, menospreciando su trabajo, cuando el propósito era el
adelantamiento espiritual de la Humanidad. Pero lo esencial es entender que lo
que adelanta el espíritu no es otra cosa que el comportamiento humano en términos
de Bien Común o Moral, y más que
nada las intensiones de cada cual, pues es lo que Dios busca. Cuando se logra
discernir que no es importante el lenguaje sino el mensaje y por consiguiente
las intensiones, se puede crecer a pasos agigantados en el espíritu. Deberíamos
estar luchando contra las maquinaciones y los comportamientos humanos inducidos
por Espíritus Impuros cuyo
propósito es todo lo contrario al Bien Común o lo que lo
mismo que La Moral, pero los
que critican la obra de Kardec no se han dado cuenta que el hacer eso, solo les
ocasiona que su propio adelantamiento espiritual no crezca como debe ser y por
consiguiente entorpecen el crecimiento de otros que si desean lograr
adelantarse en su espíritu.
Los mensajes espirituales de los Buenos Espíritus están
indicando que debemos trabajar arduamente para el despertamiento espiritual de
la humanidad. Caminemos sin criticar, sin hacer que se desvíen los
propósitos de educación que logrará el
crecimiento espiritual de la humanidad hacia un mundo regenerado, donde podamos
disfrutar del Bien Común y sus frutos . Frank Montañez.
El Libro de
Obras Póstumas de Allan Kardec nos
da una mejor explicación de este proceso de regeneración de La Humanidad.
¿Estás preparado para entender esta Verdad Espiritual? Pues en este artículo
lograrás saber los detalles de lo que dijeron Los Espíritus Superiores.
Libro Obras
Póstumas
de Allan Kardec
de Allan Kardec
25 de abril de 1866
(Paris. - Resumen de las comunicaciones dadas por
monsieures
M y T, en
sonambulismo)
Regeneración De La Humanidad
Los acontecimientos se precipitan con rapidez, y por lo tanto, no os
decimos como otras veces: "Los tiempos están próximos", sino que os
decimos: "Los tiempos han llegado".
Por estas palabras no entendáis un nuevo diluvio, ni
un cataclismo, ni una revuelta general. Las convulsiones parciales del globo han
tenido lugar en todas las épocas y se producen aún, porque tienden a su
constitución; pero estos no son los signos de los tiempos. Y no obstante,
todo lo que fue predicho en el Evangelio, debe cumplirse y se cumple en este
instante, como vosotros lo conoceréis más tarde; más no toméis los signos
anunciados sino como figuras de las que es necesario buscar
el Espíritu y no la letra.Todas las Escrituras contienen grandes
verdades bajo el velo de la alegaría, y por esto los
comentaristas que se han aferrado a la letra, se han equivocado. Les faltaba
la clave para descifrar el sentido verdadero. Esta clave se halla en los
descubrimientos de las ciencias y en las leyes del mundo invisible que os
revela el Espiritismo. De hoy en adelante, con la ayuda de estos nuevos
conocimientos, lo que está oscuro se hará claro e inteligible.
Todo sigue el orden natural de las cosas, y las leyes
inmutables de Dios no serán por ningún concepto interrumpidas. No
veréis, por consiguiente, ni milagros, ni prodigios, ni nada sobrenatural en el
sentido vulgar que se da a estas palabras. No miréis al cielo para buscar los signos
precursores, porque no los hallaréis, y aquellos que os los anuncien os
engañarán; pero mirad en torno de vosotros, entre los hombres, y aquí los
hallareis. ¿No sentís un viento que sopla sobre la tierra y agita todos los
Espíritus? El mundo está atento y como en expectativa de un presentimiento vago
acerca la proximidad de la tormenta.
No creáis por esto que venga el fin del mundo material: la tierra ha progresado
después de su transformación, debe progresar aún y no puede ser destruida; pero
la humanidad ha llegado a uno de esos
períodos de transformación, y la tierra va a elevarse en la
jerarquía de los mundos. No es, pues,
el fin del mundo material lo que se prepara; es el fin del mundo moral,esto es, del viejo
mundo, del viejo mundo de los prejuicios, del egoísmo, del orgullo y del
fanatismo. Cada día se llevaalgunos restos. Todo concluirá para él con la generación quese va, y la generación nueva elevará el nuevo
edificio que las generaciones siguientes consolidaran y completaran.
De mundo de expiación, la tierra está llamada a ser un día un mundo de
felicidad, y su habitación será una recompensa en lugar de ser un castigo. El
reinado del bien debe suceder-al reinado del mal.
Para que los hombres sean felices sobre la
tierra, se hace preciso que no sea poblada más que porEspíritus encarnados y
desencarnados que sólo quieran el bien. Este tiempo ha llegado
ya. Una grande emigración, de entre los que la habitan se está realizando en
este momento. Aquellos que hacen el mal por el mal y a los que el sentimiento
del bien no les atañe, son
indignos de la tierra transformada y serán excluidos, porque le
llevarían de nuevo las revueltas y confusiones, siendo un obstáculo a su
progreso. Irán a espiar su endurecimiento en mundos inferiores,
donde portarán el caudal de sus conocimientos y servirán a la causa del
perfeccionamiento. En
la tierra serán reemplazados por Espíritus mejores, que harán reinar entre
ellos la justicia, la paz y la fraternidad.
La tierra, hemos dicho ya, no debe
ser transformada por un cataclismo que acabe súbitamente con una generación. La
actual desaparecerá gradualmente y la nueva le sucederá del mismo modo, sin que
nada se altere en el orden ordinario de las cosas. Exteriormente todo pasará en
su forma habitual con la sola y esencialísima diferencia de que una parte de
los Espíritus que en ella se encarnaban, no volverán a encarnarse. En el niño que nazca, en vez de encarnar un
Espíritu atrasado y con tendencias al mal,encarnará un Espíritu adelantado y portador del bien. Se trata, por lo tanto, menos de
una generación corporal que de una nueva generación de Espíritus; y aquellos
que esperan ver operarse esta transformación por efectos sobrenaturales y
maravillosos, sufrirán una decepción.
La época actual es de
transición:
los elementos de dos generaciones se confunden. Colocados en el punto
intermedio, asistís a la partida de una y a la llegada de otra, y cada cual se
manifiesta en el mundo por los caracteres que le son propios.
Las
dos generaciones tienen ideas y puntos de vista diametralmente opuestos. En la naturaleza de
las disposiciones morales, y, sobre todo, de las intuitivas e innatas, es fácil distinguir
a cuál de las dos pertenece cada individuo.
La nueva generación, debiendo fundar la era del
progreso moral, se distingue por una inteligencia y una razón generalmente
precoces, aunadas a un sentimiento innato del
bien y de las creencias espiritualistas; todo lo cual es signo indubitable de
cierto grado de progreso anterior. No se crea por esto que toda
ella la compongan Espíritus eminentemente superiores, pero sí de aquellos que
habiendo progresado lo bastante, están predispuestos a asimilarse todas las
ideas progresivas y sean aptos para secundar el movimiento regenerador.
Se distingue, por el contrario, a los Espíritus
atrasados, por su rebelión desde el primer instante contra Dios, negando la
providencia y todo poder superior a la humanidad; y después, por la propensión
instintiva a las pasiones degradantes, a los sentimientos anti-fraternales del
orgullo, la malevolencia, los celos, la lujuria, en fin, por el predominio, por
el deseo vehemente en ellos hacia todo lo que es material. De estos vicios debe
la tierra purgarse por el alejamiento de aquellos que rehúsan su enmienda y son
incompatibles, por lo mismo, con el reino de la fraternidad y con los hombres
de bien, que sufrirían con su contacto. La tierra será libertada y los hombres
marcharán sin trabas hacia el porvenir mejor, que les está reservado en ese
planeta como premio a sus esfuerzos y perseverancia, en tanto que una
depuración más completa les abre la entrada en los mundos superiores.
Por esta emigración de los Espíritus no debéis
entender que todos los retardatarios serán expulsados de la tierra y relegados
a mundos inferiores. Muchos, por el contrario, reencarnarán para ceder al
empuje de las circunstancias y del ejemplo, porque su corteza era peor todavía
que el fondo. Una vez sustraídos a la influencia de la materia y de los
prejuicios del mundo corporal, la mayor parte, y de esto lograréis muchos
ejemplos, verán las cosas de una manera totalmente diferente de cuando
vivan. En esto serán ayudados por los Espíritus buenos que se
interesan por su bien y que se prestan a mostrarles el falso camino que habían
seguido. Por vuestras preces y vuestras exhortaciones podéis
también contribuir a su mejoramiento, estableciendo de este modo la solidaridad
perpetua entre los muertos y los vivos.
Para aquellos, pues, que puedan volver de
nuevo, esta vuelta les será un bien, porque será una recompensa. ¿Qué
importa lo que ellos hayan sido ni lo que hayan hecho, si están animados de
mejores sentimientos? Lejos de ser hostiles a la sociedad y al progreso, serán
auxiliares útiles porque pertenecerían a la nueva generación.
No
habrá, pues, exclusión definitiva más que para los Espíritus profundamente
rebeldes, para aquellos a quienes el orgullo y el egoísmo, más que la
ignorancia, les tiene sordos a la voz del bien y de la razón. Y aun estos
mismos no serán condenados a una inferioridad perpetua, sino que vendrá un día
en que repudiarán su pasado y abrirán los ojos a la luz.
Rogad por estos endurecidos a fin de que se
enmienden ahora que es tiempo, porque el día de la expiación se les aproxima.
Desgraciadamente, desconociendo la voz de Dios, la mayor parte de ellos
persistirán en su ceguera, y su resistencia señalará el fin de su reinado por
el de las luchas terribles. En su error correrán presurosos a su propia
perdición. Apelarán a la destrucción
que engendra multitud de males y de calamidades; y de este modo, sin quererlo,
precipitarán el advenimiento de la nueva era, pero como la destrucción no será
tan rápida como sus deseos, se multiplicarán los suicidios hasta en los niños,
en una proporción desconocida. La locura no habrá
arrebatado jamás tan gran número de hombres al libro, de los vivos aún antes de
que estén muertos. Estas serán las verdaderas señales de los tiempos. Y todo se
cumplirá por el encadenamiento de las circunstancias, sin que nada se derogue
en las leyes de la naturaleza, tal como os lo llevamos dicho.
Entretanto, a través de la densa sombra que os
envuelve y en medio de la grande tempestad que os amenaza, ¡ved aparecer los
primeros fulgores de la era nueva! La fraternidad sienta sus fundamentos en
todos los puntos del globo y los pueblos se tienden la mano; la barbarie se familiariza
al contacto de la civilización; los prejuicios de razas y sectas, que han hecho
derramar lagos de sangre, se extinguen; el fanatismo y la intolerancia pierden
terreno, mientras que la libertad de conciencia se abre paso entre los buenos y
se proclama como un derecho. Por todas partes las ideas fermentan: se
ve el mal y se ensaya remediarlo, pero muchos caminan sin brújula y
se engolfan en utopías. El mundo se halla empecinado en un inmenso trabajo de
transformación que durará un siglo; en este trabajo,
todavía confuso, se ve, no obstante, dominar una tendencia desde el principio:
la de la unidad y uniformidad que predispone a la fraternidad. Éstos
serán los signos de los tiempos que han de venir, bien
contrarios, por cierto, a los precedentes, pues mientras estos son los de la
agonía del pasado, aquellos son los primeros lamentos del niño que nace, los
precursores de la aurora que lucirá sus galas en el siglo próximo, porque
entonces la nueva generación estará en todo su apogeo. Mientras, el aspecto del siglo decimonono
diferirá del aspecto del decimoctavo desde ciertos puntos de vista, como el
siglo vigésimo diferir del actual por otros que le serán propios.
Uno de los caracteres distintivos de la nueva
generación será la fe innata; no la fe exclusivista y ciega que
divide a los hombres, sino la fe razonada que esclarece y
fortifica, que une y confunde en un común sentimiento de amor a Dios y al
prójimo. Con la generación que se extingue desaparecerán los últimos vestigios
que la incredulidad y del fanatismo; contrarios por igual al progreso moral que
al social.
El Espiritismo es el camino que conduce a la
renovación, porque derroca los dos más grandes obstáculos que a ella se
oponen: la incredulidad y el fanatismo. Como innato
o en estado de intuición en el corazón de sus representantes, desenvuelve todos
los sentimientos e ideas que corresponden a la nueva generación y da una fe
sólida y esclarecida. La era nueva le vera engrandecer y prosperar por la
fuerza misma de las cosas; viniendo a ser la base de todas las creencias y el
punto de apoyo de todas las instituciones.
Pero hasta entonces, ¡que de luchas no habrá de
sostener contra sus dos más encarnizados enemigos, la incredulidad y el
fanatismo! Aunque parezca extraño, estos principios tan
antitéticos, estos polos tan opuestos, se dan la mano para no ser vencidos en
la lucha. Presienten el porvenir y su muerte, y no quieren dejar ondear sobre
las ruinas del egoísta viejo mundo la bandera que ha de unir a todos los
pueblos.
En la divina máxima: Fuera de la caridad no hay salvación, ellos leen su propia
condenación, porque es el símbolo de la nueva alianza fraternal proclamada por
Cristo, símbolo que se les presenta como la sentencia fatal del festín de
Baltasar. Y sin embargo, esta máxima les garantiza que no han de ser víctimas
de las represalias de aquellos a quienes hoy persiguen; esta máxima debieran
hacerla objeto de su culto. Pero no, una fuerza ciega les impele a rechazar lo
único que pudiera salvarles.
¿Qué
podrán contra el ascendiente de la opinión que les repudia? El Espiritismo saldrá triunfante de la lucha, no lo
dudéis, porque está en las leyes de la naturaleza, y es por eso mismo imperecedero. Ved porque
multitud de medios, la idea se esparce y penetra en todas partes; estos medios,
creedlo, no son fortuitos, sino providenciales, y si al principio parece deben
servirles de obstáculo, es precisamente porque así ayudan a su propagación.
Dentro de poco surgirán campeones acreditados que
apoyarán su autoridad en su nombre y en su ejemplo e impondrán silencio a los
detractores, quienes no osarán calificarles de locos. Estos hombres harán sus
estudios en el silencio y no se mostrarán hasta el momento propicio. Hasta
entonces, es útil que permanezcan ignorados.
Dentro de poco veréis a las artes acudir
al Espiritismo como una mina fecunda, y traducir sus pensamientos y los
horizontes que descubre por la pintura, la música, la poesía y la literatura.
Ya se os ha dicho que habrá un día para el arte espírita, como lo hubo para el
arte pagano y para el arte cristiano, en que los más grandes genios se
inspirarán en esta verdad. Pronto veréis los primeros resplandores y más tarde
alcanzará el apogeo que debe alcanzar. Espiritistas,
el porvenir es vuestro y de todos los hombres de corazón, y de confianza. No os
arredren los obstáculos, porque no hay ninguno que pueda obstruir los designios
de la Providencia. Trabajad sin interrupción y dad gracias a Dios por
haberos colocado a la vanguardia de la nueva falange. Este es un puesto de
honor que habéis pedido y del que os haréis dignos por vuestro valor, vuestra
perseverancia y vuestro desinterés. Aquellos que
sucumban valerosamente en esta lucha contra la fuerza, obtendrán su galardón; a
los que sucumban por debilidad o miedo, la confusión les rodeará en el mundo de
los Espíritus. Las luchas son necesarias para fortificar
el alma;el contacto del mal hace apreciar mejor las ventajas del
bien. Sin las luchas que estimulan las facultades, el Espíritu se entregaría a
una apatía funesta para su progreso. Las luchas contra los elementos desarrollan las
fuerzas físicas e inteligentes; las luchas contra el mal desenvuelven las fuerzas morales.
….Todos vosotros, hombres de fe y de buena
voluntad, trabajad pues, con celo y valor en la gran obra de la regeneración,
por cuanto cosecharéis centuplicado el grano que hayáis sembrado. Desventurados
los que cierren los ojos a la luz, porque se están preparando para sí mismos
largos siglos de tinieblas y decepciones. Desventurados los que cifren todas
sus alegrías en los bienes del mundo, porque soportarán más privaciones que
goces hayan tenido. Y desventurados, sobre todo, los egoístas, porque no encontrarán
a nadie que les ayude a cargar el fardo de sus miserias…
SAN
LUIS
I. Destrucción necesaria y destrucción abusiva
728. La destrucción ¿es una ley de la Naturaleza?
-
Precisa que todo se destruya para renacer y regenerarse. Porque lo que llamáis destrucción
no es sino una transformación, que se propone por
objeto renovar y mejorar a los seres vivientes.
728 a. Así pues, el instinto
de destrucción ¿habría sido dado a los seres vivos con miras providenciales?
-
Las criaturas de Dios son los instrumentos
de que Él se sirve para alcanzar sus fines. Con el propósito de alimentarse,
los seres vivos se destruyen mutuamente, y esto, con el doble objetivo de
mantener el equilibrio en la reproducción, la cual podría tornarse excesiva, y
utilizar los despojos de la envoltura exterior. Pero lo que siempre se destruye
es esta envoltura, que sólo constituye el accesorio y no la parte esencial del
ser pensante. La parte esencial es el principio
inteligente, que es indestructible y se va elaborando en las diversas
metamorfosis que experimenta.
729. Si la destrucción es
necesaria para la regeneración de los seres, ¿por qué la Naturaleza les provee
de medios para preservación y conservación?
-
Con el objeto de que la destrucción no se produzca antes del tiempo preciso.
Toda destrucción prematura osta el desarrollo del principio inteligente. De ahí
que Dios haya otorgado a
cada ser la necesidad de vivir y de reproducirse.
El Libros de
Los Espíritus también nos indica lo siguiente
en relación a los Mundos Transitorios:
II.- Mundos transitorios
234. ¿Existen, como se ha afirmado, mundos que
sirven a los Espíritus errantes como estaciones y lugares de descanso?
- Sí, mundos
hay dedicados en particular a los Seres errantes y en los cuales pueden éstos
residir en forma temporaria; especie de vivacs o campamentos donde puedan
reposar en una prolongada erraticidad, período este que es siempre un tanto
penoso. Se trata de situaciones intermedias entre los otros mundos, graduadas
conforme a la naturaleza de los Espíritus que pueden ir allí, y éstos disfrutan
en esos lugares de un bienestar más o menos intenso.
234 a. Los Espíritus que en esos mundos
habitan ¿pueden dejarlos a voluntad?
- En efecto,
los Espíritus que se encuentran en tales globos pueden marcharse para ir a
donde deban. Imaginadlos como aves de paso que descienden en una isla, a la
espera de recobrar sus fuerzas y reanudas la marcha hacia su destino.
235. ¿Progresan los Espíritus durante esas
estaciones en mundos transitorios?
- Por cierto
que sí. Los que de esta manera se reúnen lo hacen con el propósito de instruirse
y poder, con más facilidad, obtener permiso para ir a lugares mejores, llegando
a la posición que alcanzan los elegidos.
236. Los mundos transitorios ¿están
perpetuamente, por su especial naturaleza, dedicados a los Espíritus errantes?
- No, su
situación es sólo temporaria.
236 a. ¿Son ellos habitados al mismo tiempo
por seres corporales?
- No, puesto
que es estéril su superficie. Los que allí residen no tienen necesidad de nada.
236 b. Esa esterilidad ¿es permanente y deriva
de su naturaleza especial?
- No, son
estériles en forma transitoria.
236 c. Dichos mundos ¿deben entonces hallarse
desprovistos de bellezas naturales?
- La
Naturaleza se traduce en las bellezas de la inmensidad, que no son menos
admirables que lo que llamáis vosotros bellezas naturales.
236 d. Puesto que el estado de tales mundos es
transitorio, nuestra Tierra ¿se contará algún día entre ellos?
-Ya lo fue.
236 e. ¿En qué época?
- Durante su
formación.
Nada en la
Naturaleza es inútil. Cada cosa tiene su fina-lidad y su destino. Nada está
vacío, sino todo habitado, y la vida se encuentra por doquier. Así, durante la
larga secuela de siglos que transcurrieron antes de la aparición del hombre en
la Tierra, en el curso de esos lentos períodos de transición atestiguados por las
capas geológicas, incluso antes de la formación de los primeros seres
orgánicos, sobre aquella masa informe, en ese árido caso en que los elementos
se hallaban confundidos, la vida no estaba ausente. Seres que no tenían ni
nuestras necesidades ni nuestras sensaciones físicas encontraban aquí un
refugio. Dios ha querido que, aun en ese imperfecto estado, sirviera ella
para Allan Kardec http://www.espiritismo.es algo. ¿Quién se atrevería a decir, pues,
que entre esos miles de millones de mundos que en la inmensidad circulan, uno
solo, uno de los más pequeños, perdido entre la multitud de ellos, tuviese el
privilegio exclusivo de estar poblado? ¿Cuál sería en tal caso la
utilidad de los demás? ¿Sólo los habría hecho Dios para que recrearan nuestra
vista? Suposición absurda, incompatible con la sabiduría que de todas sus obras
dimana, e inadmisible si se piensa en todos aquellos mundos que no podemos
percibir. Nadie negará que hay en esta idea de los mundos todavía inadecuados
para la vida material, y sin embargo poblados por seres vivientes que se
adaptan a ese medio, algo de grande y de sublime, donde se encuentra quizá la
solución de más de un problema.
Conclusión Final:
Te
preocupas tanto por las catástrofes que incautos dicen sin corroboración ni
científica ni espiritual que te has auto impuesto unas gríngolas que no te
dejan ver lo que en realidad no significa nada n uevo ni sustentable.
¿Por qué no evalúas lo queLos Espíritus Superiores, nos
dejaron saber en La Codificación Espírita a
través de Allan Kardec?. Te sorprenderá ver que para 1857 en el libro
de Los
Espíritus, cuando la tecnología no estaba ni tan
siquiera en panales, ya este apercibimiento de que no nos dejáramos embaucar
por incautos llegara.
Es tiempo
de “Time Out”. Como
dicen los deportistas, detente, piensa y razona en base a los acontecimientos y
en base al conocimiento Científico y humano a estos tiempos. No sigas
creyendo en falacias, en tonterías, en teorías no probadas y a cuentos de
camino.
Nunca ha sido el propósito de Dios, destruir
con una catástrofe lo que el creo con tanto amor y seriedad. Dios es Inmutable, no cambia
de parecer como las veletas que les da el viento. Los cambios importantes
que ya estamos experimentando son en términos morales. Son en razón de
los nuevos encarnados más evolucionados y cuyo enfoque es en el Bien Común. A groso
modo deberás interpretar que si esa regeneración ya la habíamos comenzado. Los
adelantos tecnológicos y el desplegué de tantos seres humanos con una visión
más hacia el Bien Común es
lo que viene predominando.
Todo el que conoce sobre la Filosofía Espírita, no
torna sus pasos a tras, sino que se enamora de lo que en esencia es plan
de Dios para
la Humanidad. Ninguna persona que claramente sabe distinguir entre lo bueno y
lo malo, lo excelente de lo corrupto, podrá negar que el Bien Común es el
camino a seguir. Los nuevos encarnados ya vienen preparados mentalmente
para enfocarse hacia el bien de los demás en la humanidad, lo vemos cuando
evaluamos esas nuevas generaciones de encarnados, muy aptos para
la tecnología y que ya están enfocados hacia el Bien Común.
Los grandes consorcios de publicación de información masiva y las redes
sociales que son preponderantes en nuestras vidas, dan mayor énfasis a las
calamidades que a lo sublime que provoca de la práctica del bien común, de la
Caridad y la Compasión Humana. No estará muy lejos el poder palpar esa
ola gigantesca de aquellos que creen en su interior sobre los beneficios del
bien sobre el mal.
El mal ya luce ridículo ante los ojos de la Humanidad. Hemos visto como
regímenes árabes se ha derrumbado, por consecuencias de revueltas de personas
que estaban cansados de los abusos y atropellos de dictadores infames que
hostigaron por generaciones a los pueblos que gobernaban.
Una
tendencia a proteger el planeta, a proteger animales en vías de extinción, a la
eliminación de la leyes de sentencias de muertes a los que violan la ley, en
fin los factores económicos y al equilibrio económico en todas partes del
mundo, son indicios de esos cambios que se están experimentando. La
Muerte por suicidios es una de las señales mencionadas por Los Espíritus Superiores,
están dando los indicios en que esta regeneración de la Humanidad ya está en el
proceso indicado.
He hecho
mención en este artículo sobre los mundos transitorios a manera de exponer lo
que los Espíritus Superiores nos indicaron, y está meridianamente claro que la
tierra ya pasó esa etapa en su formación, nos toca ahora continuar con el
desarrollo y la regeneración que es necesario para continuar con el progreso
espiritual esperado.
El Espiritismo es y será
el instrumento más contundente para ayudar a esa TransformaciónMoralque
se necesita. Aunque los Espíritus Impuros han estado
dando una lucha inmensa, obsesionando a millones en la fascinación de los
adeptos de las religiones en el mundo entero, serán descubiertos cuando sus
predicas no tengan los resultados que ellos predican. Serán desenmascarados y
entonces, se dará lugar a que los decepcionados que buscaran consuelo a sus
desgracias puedan desembocar en nuestraFilosofía Espírita de Bien Común
y de Moral.