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He aquí mis perlas para que se enriquezca el
Bienaventurado que sepa apreciarlas.
He aquí mis rosas de exquisita esencia, para
que perfumes ¡Oh humano ¡ tu vida material.
He aquí el valioso presente que te entrego.
Si eres capaz de realizarlo, surgirás al elevado
concepto de la vida espiritual; puesto que
para eso haz nacido, para hacer que se cumplan los destinos superiores del
espíritu que te anima.
Triste paradoja haz hecho de tu vida, por la
negatividad que de la materia emana hacia
el sabio acoplamiento de los factores
inmutables que se compendian de las Magnánimas
Leyes del Creador. Más el tiempo ha llegado,
en que debes iniciar la transformación de
tu vida. Sólo así podrás alcanzar los nuevos
Planos de organización mental, en donde
encontrarás, el proceso infalible para tu
adelanto, y entonces te convencerás, que en ti
mismo, se encontraba la clave maravillosa de
la perfección.
Por eso, aquí te entrego mis lecciones para
que aprendas en ellas lo que tanto necesitas.
¡ Supérate ¡ actuando bajo la tutela amorosa
y sabia del espíritu.
¡ Actúa ¡ de acuerdo a la voz de tu
conciencia superior, despierta.
Toma entre tus manos éstas páginas
compiladas exclusivamente para ti. Analiza el contenido de mi enseñanza y
convéncete, si haz realizado los deberes que tienes contraídos ante las Leyes
del Creador; o si haz contravenido las obligaciones que tu mismo impusiste,
desde que iniciaste tu peregrinaje en este mundo, donde haz actuado al paso de
tus tantas vidas.
Si eres padre de familia, ¿haz cumplido en
tu amplia y fecunda misión educadora ?. Yo
pregunto; porque es obligación suprema de
quienes forman un hogar donde más tarde
llegarán los hijos, el saber cumplir con los
máximos deberes que la Ley del bien impone
para dar formación de carácter y solidez
educativa, al niño, que en el mañana debe ser un
ciudadano útil, altamente moral y respetuoso
con las mismas Leyes que rigen el mundo
circunstancial. Vosotros los padres, no
estáis exonerados de culpabilidad, al respecto de
la decadencia en que se debate la juventud
que ha sido descuidada en sus preliminares, y
ha perseguido tan sólo bajo el impulso
natural de sus propios instintos; mismos que le han
llevado a descender cada vez más, sin que
por el momento vuestra impotencia encuentre
la solución, para tan grave problema, que
denota el desaprensivo aspecto con que tomasteis la vida y la de vuestros
hijos.
Alguna vez medisteis la profundidad que se
abriría ante el paso de vuestros inexpertos hijos, y así mismo pensasteis en
que podías evitar a tiempo la caída ?.
¿Habéis comprendido alguna vez lo difícil
que es para vosotros aún el conocer, la forma de cómo deslindar el Bien, del
mismo Mal ?. ¿Hasta que punto vuestra comprensión abarca sobre el Bien en
relación con los anhelos que sentís para con ellos, o bien, en qué consideráis que
se encierra el Mal y en que sitio vital debe ser corregido para evitar la
temprana caída de los mismos ?. Por lo tanto: habéis considerado también hasta
donde se extienden vuestras obligaciones ?. Porque esos seres que al Hogar os
llegan, en el ayer de vuestras vidas anteriores, quedaron eslabonados al
círculo familiar vuestro, y aceptasteis desde antes de nacer, el esforzaros en
el campo de la vida terrenal, para mostrarles el buen sendero, que les
transformaría, en seres verdaderamente equilibrados, responsables y útiles a
sus semejantes.
Más, hoy que estáis palpando la realidad de
vuestro regreso a la materia y en circunstancias similares ellos también están
a vuestro lado, no aceptáis a cumplir con vuestro objetivo que fue impulsado
por la Suprema Ley de Evolución, para que pudierais poner en práctica vuestros
buenos deseos, a la par que aprendíais en la realización, el hacer tangible,
uno de los más bellos ideales del espíritu encarnado y que es precisamente, el
aquilatarse en sus máximos poderes valiéndose por si mismo del recurso de su
inteligencia Sublime.
Por eso mi lección, viene a recordaros la
necesidad apremiante que tenéis de cumplir bien, en vía de que ya acortéis los
eslabonamientos dolorosos que os encaucen en futuras vidas, para con los mismos
seres, a los que hoy, habéis negádoles el amplio sentido de cooperación orientadora
que en justicia merecen esas almas, que han nacido bajo los auspicios de
vosotros mismos.
Siendo vosotros los responsables directos de
estas vidas, debéis velar por ellas en el transcurso de sus primeros años, en
la misma forma en que lo hacéis cuando son pequeños seres en la cuna. Para ello
es el hogar, para formar un centro de atracción a fin construido por la buena
armonía la buena voluntad y la inteligencia que ponga de manifiesto la
elevación de quienes lo componen. Y es el hogar donde las buenas bases se
solidifican, y tanto el padre como la madre, obligados están para cumplir en
trascendencia educativa, que más tarde, lleve a esos infantes que han venido al
mundo, para recibir la guía bienhechora de los adultos ya experimentados en el
campo propiciado por los accidentes de la vida diaria.
Por eso mismo, el hogar, debe ser cual un
crisol donde los hijos puedan bruñirse con la dorada luz de la inteligencia
sutil emanada de las mentes de sus progenitores, que deben enseñarles, el
difícil y escabroso sendero de vida por el que más tarde tendrán que transitar.
En el hogar la voz de la madre debe ser
dulce como un arrullo, pero a la vez firme y constante como la gota de agua que
va taladrando las duras rocas. Solamente así, los hijos, no se desviarán del
buen camino. Para una madre, el sexto sentido de la intuición está despierto, y
con este maravilloso auxilio todo le es posible resolver. Porque una madre que
ha dado a luz una o más veces, ha contraído consigo misma y en el mundo donde
va, una gran responsabilidad, y a medida que en ella crece el sentimiento
maternal, más despertará su sentido intuicional. La madre está obligada a
educar no tan solo de palabras sino también con el ejemplo.
La madre debe ser siempre modelo de
honestidad y quien hace realidad este cumplimiento, está sembrando en sus hijos
la confianza, y éstos, se sentirán siempre comprendidos.
La madre que sabe utilizar el sentido común,
sabrá prepararlos sobre las vicisitudes que el mundo les depare. Podrá
enseñarles a definir los errores que caen los que acostumbran mentir sembrando
su propia ruina. En esta forma, la madre conciente, irá mostrándole al infante
la parte buena que debe cultivar, y lo que es malo y debe evitar.
Así mismo, nunca los labios maternos deben
pronunciar falsos para disfrazar la verdad que el niño inquiere en su precosidad, misma, que
demuestra la inquietud que ha empezado a nacer en él, y que le llevará a desear
conocer, el porqué de muchas cosas.
Los niños que asisten a los centros
pedagógicos, empiezan también a conocer un aspecto diferente, al del mundo
hogareño que les era familiar. Y en ese Mundo del Colegio, despertarán a
emociones mucho más distintas, proviniendo de ahí en consecuencia, el indicio
de una nueva etapa de concretización para su mente, que se acrecentará a medida
que el niño se interese por los aspectos diversos del sitio circunstancial
donde se mueve.
Y siendo los padres, en quienes ellos se
sienten más confiados, son éstos los que deben responderles siempre sin
defraudarlos jamás. Por lo tanto, nunca permitáis que por indolencia vuestra,
otros sean los que se encarguen de satisfacerles en sus preguntas inteligentes
o curiosas. Nunca cometáis la
imprudencia, de que personas adultas ajenas a todo sentimiento de nobleza o
virtud, intimiden con ellos, cuya curiosidad les incita a conocer nuevos
aspectos de la vida.
Esto jamás debéis permitirlo, aún cuando
consideréis que muy sabios consejos podrían recibir. Porque lo cierto es, que
nadie mejor que vosotros puede estar capacitado para ello. Ningún otro ser
humano por virtuoso que lo parezca, estará mejor preparado, que quienes le
dieron parte de su vida, y en todo caso, si os consideráis insuficientes para
servir de guías, Yo os aconsejo, tan solo, el que hagáis acopio de vuestras
acciones; pensad en el bien y hacedlo a toda hora; que vuestros actos no tan
sólo sean de apariencia buena, sino que, sean realmente buenos. Este será el
mejor consejo ejemplarizado por el más hábil maestro, y no habrá niño reacio
que se niegue a imitar lo que en sus padres vea hacer. Vuestros niños, son cual
preciadas joyas y por su exquisita sensibilidad, ellos saben presentir y distinguir
lo bueno de lo malo.
Por esto, gran tarea es para la madre que
desea cumplir bien, porque en sus manos, está el porvenir de sus hijos, que
necesitan la firmeza que les de absoluta confianza en el futuro. Más si los
niños han manifestado inclinaciones nada buenas, ello demuestra que han
recogido del medio ambiente, las detonaciones mentales creadas por la impureza
maliciosa de quienes les rodean, y este es el factor negativo que ha operado
sobre esa tierna mentalidad, impulsándola a verter pensamientos enfermisos, que
en detrimento de esa vida en el futuro causarán. Por eso los padres están
obligados a rectificar sus actos, para que no contaminen el medio, y de paso,
siembren ruina en sus seres más queridos. Nunca la buena madre debe contestar
con evasivas; porque cuando el niño pregunta, demostrando está en el principio
de raciocinio, y ese cerebro está preparándose para digerir cosas mayores. Sin
embargo, cuantas veces comete esta equivocación, ¿no os dais cuenta, que ello
es mostrarle el principio del camino que más tarde tomarán apelando siempre a
la mentira?, pues cuanto vosotros hagáis, os lo devolverán como respuesta.
Vosotros, estáis en el inicio de un aprendizaje que os llevará a
conocer las raíces abstractas de veracidad, dónde tienen su origen las formas
concretas. Y todo cuanto palpáis, observáis y escucháis en sonidos groseros o
finos está constituido por vibraciones que se modifican de acuerdo a la
naturaleza del objeto que las emite; o bien, conforme a la fuente de donde
procede dicha energía. Por lo tanto, todas las palabras en su configuración,
están constituidas por una onda vibrante que se hace sonora al oído físico, y
así esa honda, está coordinada e impregnada de una gran verdad, esa misma
verdad será sentida por su vibración; lo mismo sucederá si se trata de una
mentira la misma vibración negativa es sentida, a través de la corriente
inferior de la energía que la constituye.
Por esta razón lógica nunca debéis de
pronunciar mentiras a los oídos de vuestros hijos. Porque siendo ellos tan sensibles
captan vuestra falsedad cuando tratáis de engañarles.
La sensibilidad en el niño es uno de los más
preciados dones con que la sabiduría del Creador les ha dotado para protegerles
en el medio hostil del mundo, donde la ley de causa les ha traído; siendo ese
mismo estado súper sensible, el que les permite registrar psíquicamente cuanto
les rodea; bien suscitándoles la desconfianza sobre el mal que aún desconocen,
pero que está latente por doquier; o también, esta les advierte, la presencia
de gentes extrañas nada simpáticas a la vibración de ellos mismos.
El niño dotado de esta facultad, le permite
tener por si mismo, criterio propio; y negarles este sentido de razón sería un
error ya que ello denota la evolución de estos pequeños seres incomprendidos
que jamás han recibido la verdadera guía en sus hogares, ni en los centros
pedagógicos, ni en el mundo donde están.
El infante hasta los siete años conserva la
súper sensibilidad, modificándose en cierta forma cuando ha cumplido los
catorce años; edad en que se transformará en un joven deseoso de nuevos
objetivos. Siendo entonces, cuando a los padres les toca auxiliarles más
concretamente en esa etapa difícil; aunque también os aclaro; - que el joven es
el que debe definir su vocación. Más si este, demostrase ambiciones no a tono
con las posibilidades económicas de sus progenitores, entonces toca a vosotros
los que con razonamientos claros debéis de hablar con la verdad basada en la
realidad del momento.
Pues cuántas de las veces suele ocurrir, que
los padres, neciamente ocultan a sus hijos la verdadera situación económica en
que viven; y la ocultan, tan sólo por el temor de que estos crezcan
acomplejados por el estado de pobreza que consideran vergonzoso, para el buen
nombre de la familia, que a toda costa desea conservar cierto nivel aunque para
ello tanga que vivir de apariencias engañosas; y todo esto, es verdaderamente
nocivo para el ambiente sano en que deben crecer los hijos, que necesitan ser
nutridos con la verdad este manifestando toda la pobreza de bienes materiales.
Porque vivir así, no es denigrante, y nunca debéis ocultarlo, y quienes así
actúan demuestran su pobreza interna.
¡ Cuantas lágrimas os ahorraríais, si
fueseis más sinceros con vosotros mismos. Cuantas decepciones futuras
evitaríais, si con más sentido práctico hicierais vuestra vida apegada a la sencillez lejos de los
prejuicios complicados que sofistican lo limpio y empañan la mentalidad hasta
deformarla. Porque por esa misma deformación en que habéis caído, vuestros
hijos reflejan la misma inclinación que les llevará a soñar con imposibles
lejos del alcance de vuestras posibilidades y fantasearán a cada instante, tan
solo por el placer de sumergirse en ese mundo que les proporciona un sentido de
admiración entre quienes les rodean; o bien porque encuentran solaz en dejar
correr el tiempo y seguirán así sin aceptar jamás la realidad que está frente a
ellos,! Que vidas tan vacías observan estos que ni siquiera se percatan del
momento en que se encuentran; encarnaciones inútiles de las que tendrán que dar
cuentas, porque la vida es para reivindicarse almicamente y no para sumergirse
en los estados deprimentes creados por las conveniencias humanas, por eso digo
a vosotros como padres de familia que lo sois, velad por esos seres.
Enseñadles la realidad y las
asperezas que la vida enseña. No les engañéis con apariencias, mostradles lo
que es el deber del cumplimiento. Y preferible que cuando son pequeños, les
dediquéis más atención a que los
abandonéis para cuando ya no se pueda remediar. Nunca los padres deben crear
barreras de incomprensión entre sus hijos, porque más tarde estas serán
infranqueables y ellos, crecerán llevando un desierto de afectos en su corazón
que albergará solo amarguras, por el recuerdo perenne que su memoria guarda, al
respecto de que cuando fueron niños, solamente desprecios y palabras
despectivas recogieron, pues no olvidéis que no solo dando azotes a los
niños se les hiere, sino que son lastimados en sus sentimientos al no
prestar la atención debida, al relegarlos a último lugar y dejarlos en manos
extrañas para que vean por ellos, las criaturas que crecen en estas circunstancias
se irán marchitando, al mismo tiempo, que en sus mentes germina la idea, de que
sus padres solamente desprecio les dieron, y cuando sean mayores, desconocerán
todo principio de bondad y de respeto, y entre tanto los padres lamentarán la
ingratitud del hijo al cual, según ellos, le dieron lo mejor.
Más Yo pregunto : ¿ sabéis por ventura que
es lo mejor y que cosa es lo peor ?.
Sentido oculto y perdurable será siempre
esta interrogante que la vida os ofrece ¿ que cosa es lo bueno y que cosa es lo malo ?.
Desconocimiento absoluto tenéis sobre los
linderos de lo prohibido. Por eso mismo, es preferible, que os dediquéis con
mano firme pero conciente a educarles en la Verdad, que hace brillar, a quienes
viven al amparo de la misma y la obediencia.
Esto es mejor que sofisticarles en su
sencillez. Es mejor, a que si les lleváis a un caro Colegio, pero los
abandonáis de todo afecto, o bien, que si les fomentáis nacientes vanidades que
marchitarán su candor.
El Amor de los padres, debe estar definido
hacia la rectitud que en el futuro les transformará en adultos responsables. Y
nunca este amor debe ser egoísta porque entonces los tornará caprichosos, toca
a la madre erradicarles los malos hábitos; al mismo tiempo que les enseña las
buenas costumbres. Solamente el esmero y el buen trato, serán aliados en el
campo educacional; para con esos niños que van en desarrollo, y que deben tener
al mismo tiempo, el conocimiento práctico de las circunstancias presentes, más
tarde nunca aceptarán sus errores ni reconocerán los derechos de sus
semejantes.
La vanidad, es otro factor que forma el alma
del infante y que cual cáncer germinará, si neciamente se le riega, tan solo
por darle satisfacción a sus deseos que acaban por ser imposiciones. Y estas
almas enfermas, en el futuro de sus vidas, contaminarán a los demás y cuando sean adultos
que formen su propio hogar, esa mala simiente pasará a los hijos, y estos a su
vez continuarán heredando a otras generaciones esos mismos genes mentales, que pudieron ser
exterminados tan solo con que se hubiese corregido en principio, el error que
se estaba cometiendo.
Los niños son a semejanza de un cristal
bruñido en el cual se reflejan las impurezas del mundo donde están. Mas
aclaremos, a que mundo me refiero, porque no hago alusión al Mundo Planetario;
más sí hablo directamente del pequeño Mundo del Hogar donde ellos crecen.
¿ Quienes son los que conviven con ellos
desde que son pequeños ?
¡ Sus Padres ! – Entonces, obligación
vuestra es velar por desenraizar la mala hierba que brote junto al tallo de la
fina planta.
Los Padres, deben ser celosos de cuanto
atañe a sus hijos, y entregarles con palabras esclarecidas, lo que ellos
necesitan, para que no sufra deformación su mente.
Pues cuántas veces erróneamente habéis
dicho, que los niños no saben comprender, y en calificable descuido habláis y
actuáis. Por eso os aclaro : - Que ellos poseen un sentido de comprensión en un
noventa por ciento más claro que los mismos adultos. Porque lo que un adulto
tiene de experiencia práctica ganada a base de dolor y decepciones; el niño
tiene el conocimiento preclaro de las cosas, por su mismo sentido de captación
no atrofiado todavía.
Y aún cuando ellos no pronuncian sus
primeros balbuceos saben comprender y sentir, los estados violentos que
suscitan en el Hogar los mismos progenitores.
Los niños comprenden y conocen el lado débil
de vosotros. Por eso mismo exigen; porque saben hasta donde pueden obtener lo
que se proponen, ellos, saben leer en vosotros como un libro abierto, y saben hacerlo, por el
temperamento vibrátil que les circunda, mismo que les da el preciado don de la
comprensión abierta. Comprensión que el adulto pierde al sofisticarse en el
medio creado por la conveniencia; porque hay ocasiones que decís vosotros, “ no
entender nada “ y en realidad, el no entendéis es porque no os conviene.
Las normas de la
buena educación, deben de imprimírseles con la palabra explicativa, porque ello
será, ir sembrando el buen principio que observará esa misma criatura, cuando
sea joven. En el hogar el niño debe ser visto como un ser normal, sin que se le
considere como algo excepcional que necesita la atención de todo el grupo
familiar.
Por lo tanto,
dejadles que desarrollen su propia iniciativa. No los consideréis como seres
únicos, o inútiles. Dejadles que tomen el lugar que les corresponde; pero
cuando por su impericia cometan una falta, hacédselas saber utilizando la
palabra suave pero convincente, explicándoles que es necesario siempre, el
actuar bien.
La palabra
pronunciada con tenacidad, se constituye en el núcleo de vibraciones magnético
sonoras que se adhieren al cuerpo astral de las criaturas, y una vez que la
psiquis absorbe la vibración positiva, la idea pasa a grabarse en la memoria,
para después hacer jurisprudencia de razón, en el cerebro que concretizará la
idea.
He aquí, la
fuerza vigorosa de la palabra que encierra la verdad. En la misma forma, la
palabra necia se transforma en negatividad dañina, y de ese núcleo de
vibraciones en el niño también capta falsedad, y acaba por desconfiar de sus
padres, considerándoles como seres tardos de mentalidad que pretenden
engañarle; siendo entonces cuando empieza a considerarse superior a sus
progenitores, porque los juzga de acuerdo ellos le hablan.
Cuantas
ocasiones de precosidad infantil ha puesto en verdaderos aprietos a las
personas adultas, al preguntarles sobre la procreación de la especie humana. Y
cuántas madres han eludido contestar con la Verdad. Porque sienten vergüenza de
entregarla y hablar de la misma, ya que la han manchado con lascivia.
Más, - ¿ No
comprendéis que la criatura que hace la primer pregunta es porque su inquietud
le ha llevado a investigar y lo seguirá haciendo hasta encontrar lo que desea
?. Porque la mente que todo lo ignora y que no ha madurado, no siente deseos de
investigar; y quien formula
la primer pregunta, es porque ya conoce el principio y ha empezado a razonar.
Por lo tanto, no
debéis engañarlos a que se alimenten de mentira. En éstos casos tenéis como
ejemplos innúmeras respuestas de la vida diaria. Podéis hablarles de las
distintas especies y su multiplicación; de la germinación de la simiente de las
plantas; de la reproducción de los peces en el agua y la vida de las aves. Así
mismo, explicadles, que todo
esto obedece al Vasto Plan de la Vida Inteligente creada por el Absoluto.
Miles de
ejemplos tenéis diariamente. Sólo falta que sepáis encontrarlos y aplicarlos,
pero siempre haciéndoles notar el sentido de la reproducción en todas las
especies. En esta forma iréis facilitándoles el campo para cuando os pregunten
algo más serio.
Dadles la idea
fija, de lo que con la palabra no podáis expresar, pues ellos tomarán la idea,
y se encargarán de concretizar lo que entiendan y lo que no, pues después
volverán a preguntaros.
Erradicadles la
idea común del “ dios que castiga “. Enseñadles, que el Bien es una Ley que se especifica en hacerlo siempre,
por el Bien mismo. Esta es la forma de sembrar directamente en el fértil surco
de su entendimiento.
Estáis viviendo
en el tiempo de la realización de las cosas, por eso os digo : - que no
habéis cumplido con vuestras obligaciones y responsabilidades. Tampoco
habéis realizado en los niños la buena educación; y siendo ellos los pilares
fuertes del mañana, deben ser orientados en la absoluta convicción del objetivo
que les trae a la vida y con el cual cumplirán, porque ya vienen más
evolucionados, y están manifestando su madurez, que denota la superación que
tienen sobre vosotros mismos.
Ellos, vienen a
cumplir sobre la Tierra, la misión que se han marcado. Ellos modificarán en el
futuro, los manidos patrones actuales creados por las conveniencias sociales.
Vigiladles hoy
que son pequeños. Nunca estará por demás los cuidados que tengáis con ellos y
pensad siempre : - ¿ A dónde van y con quienes andarán ?.
No les dejéis al
azar, si no queréis que en el mañana otros padres precavidos eviten a sus
vástagos la compañía de los vuestros, que se extraviaron, porque no supisteis
orientarles.
En la próxima
lección, continuaré entregándoos los aspectos diversos que debo mostraros, para
bien vuestro.
La Paz Sea
en Vosotros.